En torno a medio centenar de palestinos sufrieron ayer heridas de bala en una nueva jornada de protestas en cinco localidades de la franja de Gaza, en las que participaron unas 7.000 personas. Los heridos, a los que hay que sumar otros 20 por balas recubiertas de goma, intentaban aproximarse a la valla de separación con Israel. En total, fueron 350 los lesionados, en su mayor parte por inhalaciones de gas y por caídas. Desde que se iniciaron las protestas, el 30 de marzo, 48 palestinos han muerto por disparos israelíes.

Para justificar el empleo de munición letal, el Ejército judío emitió un comunicado en el que afirma que los manifestantes "son violentos, queman neumáticos, lanzan piedras a la valla de seguridad y a los soldados, y hacen volar cometas con objetos ardiendo para provocar fuegos en territorio israelí".

Entre tanto, el presidente palestino, Mahmud Abás, se disculpó ayer por su polémico discurso del lunes en el que atribuyó las matanzas históricas de judíos, incluido el Holocausto nazi, a su profesión, en particular a sus relaciones con la banca, y no a su cultura y religión.