Seúl y Washington acordaron ayer seguir trabajando de manera estrecha para lograr el éxito de la cumbre entre Corea del Norte y EE UU, mientras Pyongyang avanza en los preparativos del desmantelamiento de su base nuclear previsto para esta semana. La cumbre debería celebrarse el 12 de junio en Singapur.

Tras días en los que el régimen de Kim Jong-un cambió drásticamente de tono y puso en jaque el ambiente de reconciliación, Corea del Sur y EE UU quieren dar un impulso al deshielo. En una conversación telefónica de 20 minutos, los presidentes de ambos países, Moon Jae-in y Donald Trump, analizaron ayer los últimos pasos dados por Corea del Norte.

Entre tanto, imágenes de satélite revelan que el régimen de Pyongyang está instalando una plataforma para observadores con vistas al inminente desmantelamiento público de su centro de pruebas nucleares. Los expertos afirmaron la pasada semana que el desmantelamiento de la instalación está ya "muy avanzado".