Las principales facciones que dominan Libia llegaron ayer a un crucial acuerdo en París para celebrar elecciones el 10 de diciembre próximo y superar la división del país en dos entidades enfrentadas.

Logrado bajo los auspicios de la ONU, el pacto contó con el respaldo de los dos líderes de hecho, Fayez al Serraj, que controla la capital, Trípoli, y el general Jalifa Hafter, que domina el este del país, con centro en Bengasi. Las autoridades de Trípoli tienen el reconocimiento de Naciones Unidas y de buena parte de la comunidad internacional, mientras que el general Hafter tiene mayor poder militar. Al Serraj aseguró que el Ejército deberá estar en adelante bajo el mando de autoridades civiles.