Oviedo,

María José IGLESIAS

El precio de la tierra agraria se dispara en Asturias y alcanza ya los 11.188 euros de media, casi 1.000 euros más que en el resto de España, donde se cotiza a 10.402. Así lo confirma la Encuesta de Precios de la Tierra relativa a 2006, realizada por el Ministerio de Agricultura.

El estudio refleja para el suelo rústico de la región un aumento espectacular de precios, el mayor de España, cifrado en un 22 por ciento sobre el año anterior. En 2005 la hectárea agraria en Asturias costaba 9.153 euros.

Aunque a priori los datos pueden dar a entender que la actividad agraria sufre un inusitado auge en Asturias, la realidad es muy diferente. Los expertos consultados explican que el ladrillo y las expectativas de construir nuevas urbanizaciones en zonas rurales son los motivos reales de que el suelo rústico cotice a precios de oro. La situación no puede generalizarse a todos los concejos ni aun dentro de ellos a todas las zonas.

La palma se la lleva la rasa costera del Oriente, y emerge claramente la occidental. Conocidas empresas inmobiliarias y promotores privados se han lanzado a comprar metros y metros de tierra agraria con la vista puesta en probables recalificaciones.

Los promotores prefieren correr el riesgo de comprar antes de la recalificación que arriesgarse a dejar escapar un jugoso negocio. En regiones como Castilla y León esta tendencia no es tan acusada, ya que las compras de tierra con expectativas inmobiliarias se concentran alrededor de los núcleos de población.

Las zonas estrella

En Asturias tampoco vale lo mismo una hectárea en la costa de Luarca que en el interior de los Oscos. No obstante, las diferencias de precios son mucho menos llamativas que las que pueden registrarse entre los alrededores de la capital leonesa o un área despoblada de la provincia vecina.

La ley establece que una finca rústica a partir de 1.500 metros puede ser edificable si es de interés preferente. Una hectárea de terreno puede parcelarse para construir varios chalés adosados. Con estas perspectivas, el negocio está servido. Tanto es así que, según los datos del «Informe sobre la agricultura en Asturias», elaborado por Sadei, solamente el 30 por ciento de la superficie empleada en la ganadería de leche es propiedad real del ganadero. La situación es especialmente llamativa en áreas de Llanes. La razón es que cuando los promotores adquieren el suelo con vistas a próximas construcciones permiten a su antiguo propietario seguir utilizándolo hasta que llegan las grúas.