Oviedo, M. J. I.

Las importaciones de leche, principalmente de Francia, batieron récords en 2007, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. En 2007 entraron en España 2.148 toneladas de leche, una cantidad que casi duplica a la de 2006, cuando oficialmente llegaron a España 1.313 toneladas. También son llamativas las importaciones de leche entera y desnatada en polvo, que subieron un 1,5 y un 0,4 por ciento, respectivamente.

La situación resulta insostenible para organizaciones agrarias como la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), cuyo secretario general, Lorenzo Ramos, ha criticado que las industrias lácteas españolas rebajaran en más de 14 millones de euros mensuales los ingresos de los ganaderos por las importaciones de leche líquida de Francia a bajo coste. Ramos advierte de que el mercado francés está utilizando al español como sumidero de sus excedentes, incluso con prácticas prohibidas como el «dumping», ya que envían a España excedentes a bajo precio y desestabilizan el mercado. En su opinión, estas importaciones son «muy preocupantes» y suman sólo en leche líquida más de 100 cisternas semanales, sin contar leches concentradas, lacto-sueros, productos industriales y todos los derivados de leche previamente fabricados en el país de origen.

Leche francesa

Por su parte, la Federación de Productores Lácteos (Feplac), presidida por José Antonio Herrero Conejo, ha denunciado que España ya está absorbiendo entre un 10 y un 15 por ciento de la producción de los ganaderos galos. Según Herrero, la Feplac comenzó a denunciar esta situación ante el Ministerio de Agricultura hace dos años y lamenta que las autoridades españolas no hiciesen «absolutamente nada».

Las industrias señalan que la principal razón que explica la situación del sector es la histórica insuficiencia de la cuota láctea asignada a España, ya que la falta de leche cruda impide a la industria lograr la eficiencia adecuada. Este hecho provoca mayores costes para la industria española. Uno de los problemas con los que se encuentra el sector lácteo es el pequeño tamaño de las industrias, en comparación con sus competidoras europeas.