Oviedo,

María José IGLESIAS

El acuerdo de precios mínimos para la leche en el campo, firmado el lunes entre industrias, distribuidores y ganaderos, con el objetivo de frenar la grave crisis que padece el sector lácteo, llevará aparejada una subida de los precios de la leche para los consumidores en las tiendas. Así lo reconocieron ayer fuentes cercanas a la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), una de las suscriptoras del pacto.

De hecho, en los últimos días algunas grandes superficies ya han aumentado ligeramente el precio de algunos tipos determinados de leche. El argumento de empresarios y distribuidores es claro. Si las compañías pagan más por la leche en el campo, venderán un poco más caro a las grandes superficies y éstas deberán trasladar esos céntimos al consumidor.

Los precedentes del aumento de precios en los puntos de venta se encuentran en Francia. España ha copiado el modelo francés, vigente pese a las reprimendas de la Comisión Europea, que obligó hace unos meses a cambiar algunas cláusulas, para ajustarlo mejor a la normativa comunitaria. En el país galo, las distribuidoras tienen implícitamente «prohibido» adquirir leche a las industrias por debajo de los 75 céntimos. El litro de leche en los supermercados franceses no baja de 80 céntimos. En España, hasta ahora, el panorama es bien diferente. El consumidor puede encontrar marcas blancas de leche a 50 céntimos.

El pacto de precios fija un mínimo que va de los 30 a los 31 céntimos. Para 1.200 de los 2.800 ganaderos que quedan en Asturias, supondrá cobrar 5 o 6 céntimos más por litro. Una de las peticiones de los sindicatos agrarios es que se identifique la leche española en los lineales de las tiendas. Los ganaderos alegan que la leche que se vende a precios tan bajos procede de excedentes de terceros países, y el consumidor tiene derecho a saberlo.

Destacados ejecutivos del sector lácteo, como el consejero delegado de Capsa, Pedro Astals, censuró hace unos días las prácticas comerciales basadas en usar el precio o la calidad de la leche como arma competitiva: «La leche tiene un precio orientativo y ofrecer productos más baratos no me parece lo más aconsejable».

La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer, aseguró ayer en Bruselas que los consumidores no pueden pretender que la leche sea más barata que la Coca-Cola.

Vigilancia y control

El pacto de precios mínimos para el sector lácteo se basa en el control de todos los agentes de la cadena. La próxima semana se reunirá el comité de seguimiento que será el encargado de garantizar el correcto cumplimiento de todos los puntos que contemplan el acuerdo.

El contrato, que estará en vigor hasta final de año, establecerá la duración del acuerdo y las cantidades vinculadas al mismo, además del precio que percibirá el ganadero por la venta de su producto.

El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino se compromete a intensificar los controles de calidad de la leche y la lucha contra el fraude, así como a acelerar la entrada en vigor del real decreto que establece un sistema de trazabilidad de la leche.

Leche española

Hasta la entrada en vigor de esta normativa, el sector de la distribución se compromete a señalar de forma destacada en los establecimientos la leche y los productos lácteos de origen español.