Oviedo,

María José IGLESIAS

Las energías renovables son el futuro, según una opinión cada vez más extendida. Y ese convencimiento, que sustenta la política energética de la Unión Europea, está echando raíces ya con cierta fuerza en Asturias. La región, con escaso potencial para la energía solar, encuentra su particular dorado en el aprovechamiento de la biomasa forestal. La materia prima es la madera y los residuos que se acumulan en el bosque. Las más de 300.000 hectáreas de masas forestales de Asturias generan 200.0000 toneladas anuales de restos de biomasa. Hacerlas rentables y transformarlas en puestos de trabajo es el gran reto para los próximos años.

Javier Díaz González, presidente de la Asociación Española de Valoración Energética de la Biomasa (Avebiom) y expertos de la entidad, como Antonio Gonzalo, elevan a 10.000 el número de empleos que puede generar en Asturias el desarrollo de la nueva industria en torno a las energías renovables que proceden del bosque.

Están plenamente seguros de las oportunidades que abren los biocombustibles en una región con clara vocación forestal. El término biomasa no sólo se aplica a los materiales del bosque. También se usa para denominar la materia orgánica originada en un proceso biológico, utilizable como fuente de energía. Gonzalo señala que la biomasa más adecuada para la combustión en calderas es la de origen agrícola o forestal. En Asturias ese potencial se encuentra en los residuos agrícolas como paja, orujos, podas de frutales, restos forestales o de las industrias de la madera como astillas y serrín. Esos materiales deben transformase en biocombustible sólido (pellets, briquetas o astillas), líquido (biodiésel o bioetanol) o gaseoso (biogás).

Los datos de los últimos años abren una pequeña puerta al optimismo. Poco a poco, Asturias va pensando en verde más rápido que otras comunidades del entorno, como Cantabria o Galicia. El Principado produce al año unas 150.000 toneladas de biomasa, equivalentes a la misma cantidad de petróleo. Pero es más lo que se desperdicia.

La Fundación Asturiana de la Energía (Faen) destaca la necesidad de desarrollar nuevos proyectos para aprovechar mejor los recursos. Cada año se pierden en los bosques asturianos miles de toneladas de biomasa. Algunos atractivos son las ayudas a las energías renovables. La Fundación Asturiana de la Energía creó la pasada primavera una Plataforma Regional de la Biomasa y una propuesta de sello de calidad para empresas del sector térmico, dos iniciativas que intentan estimular una energía que por ahora tiene un desarrollo limitado.

El sello de calidad pretende mejorar la competitividad de las empresas del sector y facilitar información al consumidor. Ser voluntario y podrán implantarlo empresas suministradoras como distribuidoras, instaladoras y mantenedoras de equipos de biomasa.

Las iniciativas de fundación Faen cuentan con financiación del programa Innova del Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (Idepa) y del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

El diputado del PP, Luis Peláez, asegura que en Asturias deberían generarse más iniciativas para crear microempresas en los pueblos. «La política del Principado es errónea, desde el medio rural se puede generar una gran riqueza para los pueblos, que pueden vender su propia energía, eso no se está potenciando ahora». Peláez estima que el clima asturiano favorece el crecimiento de una importante masa vegetal que debe aprovecharse.

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