Oviedo, María José IGLESIAS

«Experiencia directa» no es el título de un «reality show» ni un nuevo concurso de la tele. Se trata de un programa pionero de formación en granjas que protagonizarán en 2010 los funcionarios de Agricultura de la Comisión Europea. La comisaria Mariann Fischer acaba de regresar al trabajo tras pasar el verano en la suya de Dinamarca. Predica con el ejemplo. Por eso quiere que el equipo que dirige la imite.

En los próximos meses quedará perfilado cómo se llevarán a la práctica los nuevos masters acelerados de ganadería para burócratas. El objetivo es que quienes plasman sobre el papel las normas agrícolas pisen el terreno y si es necesario se manchen de «cucho» hasta las rodillas. De momento, se sabe que la formación comenzará en 2010 y tendrá como asignatura estelar estancias obligatorias en explotaciones. Hasta ahora, las visitas de los funcionarios han sido para inspeccionar y controlar.

A los ganaderos les quedarán menos argumentos para quejarse de que los legisladores están muy alejados de la realidad diaria de su trabajo. Fischer bajará a los legisladores a pie de obra para que las políticas se ajusten más a las necesidades. Queda por definir cuántos funcionarios irán a las granjas y en que países. Asturias, una de las regiones más lecheras de Europa, puede ser un buen destino para empaparse de la realidad del sector lácteo, inmerso desde el pasado invierno en una crisis sin precedentes.

Las organizaciones agrarias han recibido la noticia con satisfacción, pero señalan, con ironía, que como los funcionarios no se den prisa ya no encontrarán ganaderías en funcionamiento. El comienzo del otoño será crucial para evaluar si las industrias lácteas cumplen el pacto de precios mínimos para la leche, del que se beneficiarán los 1.600 ganaderos asturianos que no venden a Central Lechera y hasta ahora han recibido menos de 0,32 céntimos de media por litro. El presidente del sindicato ASAJA, Ramón Artime, asegura que si las cosas no mejoran cientos de ganaderías de la región cerrarán antes de octubre, porque son incapaces de cubrir costes.

La Comisión también quiere que los funcionarios redacten los textos legales en un lenguaje más simple. Todas las medidas se detallan en un informe sobre lo que hay que hacer para que las normas agrarias de la UE sean más transparentes y fáciles de tramitar. En octubre de 2006 la comisaria definió la Política Agrícola Común (PAC) como un «bosque extenso y profundo» del que no había ningún mapa completo. En 2007 la Comisión puso en marcha un proyecto destinado a reducir la burocracia para los agricultores. Cientos de leyes anticuadas se han consolidado en textos únicos. Los procedimientos administrativos han cambiado. Por ejemplo, ahora pueden importarse y exportarse más productos, sobre todo cereales, sin necesidad de tramitar licencias. La PAC ha experimentado amplias reformas durante las dos últimas décadas. El estudio dice también que pueden ahorrarse otros 400 millones usando mejor la tecnología de la información.

El gasto en la política agrícola asciende a 55.000 millones de euros anuales, un 40 por ciento del presupuesto. Este año comienzan los debates sobre el próximo período de financiación, que comienza en 2013. Una de las novedades será el final de las cuotas lecheras.

Mariann Fischer, que en una reciente entrevista con LA NUEVA ESPAÑA aseguraba que aún no había sido invitada a visitar Asturias, cuenta en su blog, un auténtico oráculo para el sector agrario, que ha regresado a Bruselas con el aroma de la cosecha aún en la nariz y el ruido de los tractores en los oídos. En la alta política agraria manda ella, pero en la granja deciden su hija y su yerno.

Este año su tarea ha sido abastecer de catering -sandwiches y café- a los recolectores. Añade que ha echado de menos conducir los tractores, una de sus pasiones. Como contrapartida, ha tenido más tiempo para estar con su nieto de un año y para solidarizarse con los países del sur de Europa que han padecido graves incendios.