Oviedo, M. J. IGLESIAS

Mientras en la cumbre de Copenhague se debaten las nuevas estrategias contra el cambio climático, en Asturias, la solución para generar energías alternativas llega directamente de las cuadras y las fábricas lácteas. El secreto está en los residuos de las ganaderías, el estiércol que trae de cabeza a los ganaderos, porque no siempre es fácil de eliminar sin contaminar.

Si a esos desechos orgánicos se le unen los residuos de la industria agroalimentaria, el volumen de material reciclable llega a las 620.000 toneladas al año, según indica el proyecto diseñado por el grupo de trabajo Probiogás, en el que participa la Fundación Asturiana de la Energía (Faen). El plan, que fue presentado en Oviedo, pretende aprovechar los residuos para generar 26 millones de metros cúbicos anuales de biogás industrial.

Indalecio González, coordinador de Energías Renovables de Faen, constata que el estiércol de vaca genera un biogás de alta calidad. «En Asturias el 80 por ciento de los residuos que se emplearán proceden de la ganadería, el 20 por ciento restante de la industria», indica.

Sobre el papel el proyecto es sencillo. Llevarlo a la práctica será algo más costoso. El planteamiento va en la línea del desarrollo de energías alternativas y renovables que aportan el 6,4 del consumo de energía final en Asturias y suponen ya el 25 por ciento de la potencia instalada en generación eléctrica. El proyecto, cofinanciado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, comenzó su actividad en 2007 y tiene previsto finalizar en 2011. González indica que el siguiente paso será instalar una planta piloto para comprobar los resultados de la investigación. El uso del biogás en Asturias ya tiene un precedente en el vertedero de Cogersa, aunque en ese caso los residuos que se aprovechan son sólidos urbanos, para generar electricidad. Hasta ahora, el grupo de trabajo Probiogás ha identificado el potencial que tiene España y el Principado de Asturias en particular, para producir biogás a partir de materiales orgánicos de la industria agroalimentaria no aprovechados para otros usos.

El biogás es una energía renovable que produce principalmente calor y electricidad. La electricidad se puede vender a compañías eléctricas de un modo similar a otras fuentes eléctricas alternativas de carácter renovable, y el calor puede aprovecharse para calefacción, o agua caliente sanitaria. En Asturias colaboran en el proyecto, además de la Fundación Asturiana de la Energía, la Universidad de Oviedo, Protecma Energía y Medio Ambiente, Naturgas Energía y Biogas Fuel Cell. En el Principado existen más residuos esperando destino. Cada año se generan unos diez millones de kilos de magaya, procedente del mallado de la manzana para sidra, que también es susceptible de convertirse en energía.

La generación de electricidad a través de biomasa es otro de los ejes de las energía renovables. En Navia, en la papelera de Ence, ya hay un planta en servicio que supuso una inversión de 34 millones. Otro proyecto es la planta de combustión en la central térmica de Aboño. También se incluye como proyecto de generación eléctrica la utilización de la central térmica de La Pereda (Mieres) para combustible de biomasa.

En el polígono de La Curiscada (Tineo) se está proyectando una planta para utilización de biogás industrial con una inversión prevista de 1,5 millones de euros . También en Tineo se leva a cabo el proyecto de fábrica de pelets de biomasa, procedentes de residuos forestales, con una inversión estimada de 3,5 millones de euros.

En proyectos de biomasa para la fabricación de biocarburantes en estos momentos disponen de expediente de tramitación abierto las plantas de fabricación de biodiésel en el puerto de El Musel con una inversión prevista en el proyecto básico de 60 millones de euros, y la ampliación de la planta de biodiesel de La Florida. Existen dos proyectos de plantas de biodiesel en tramitación. Natura Energía en El Musel con producción anual de 500.000 toneladas de biodiesel y 61.000 t de glicerina con una inversión de 60 millones. Y la planta de Bionorte que pasará de 4.000 a 12.000 toneladas anuales de biodiesel. Las alternativas se reparten por el mapa.