Oviedo, M. J. IGLESIAS

El frío conserva o destruye, según como se mire. En el caso del sector agrario y pesquero asturiano las bajas temperaturas y nieves de los últimos días arrojan un balance, básicamente positivo. Una de las primeras consecuencias del temporal de nieve es una disminución de la producción de leche en las 300.000 frisonas que viven en 2.800 ganaderías asturianas.

Cuando hay escasez de materias prima suben los precios, algo que en circunstancias normales sucede cada invierno. Las temperaturas de este año, más bajas de lo que venía siendo habitual en los anteriores, acentúan la tendencia.

Es una buena noticia para el sector lácteo asturiano, sumido en una larga crisis que comenzó a gestarse hace más de un año. Los ganaderos, que se reparten 620.000 toneladas de cuota anual, estiman que la subida de precios, que se inició tímidamente a finales de año, se irá consolidando. De momento, Central Lechera mantiene la media más alta de España, con un promedio de 34 céntimos por litro.

En algunos casos, el precio es superior, tal como explica el ganadero naviego José Adelino Pérez, junto a sus socios Antonio García, José Ramón González y Carlos García, titular de Chaca Otur Sociedad Cooperativa, la mayor ganadería láctea del occidente, con 420 animales y 2,2 millones de cuota láctea que también elabora postres de queso, yogures y arroz con leche. En la última factura han recibido 35 céntimos por litro -la producción diaria es de 7.000-. «No es que sea un precio muy alto, pero tal como están las cosas no nos va mal».

Pérez señala que lo que menos les preocupa ahora a los ganaderos es la nieve. «El año pasado fue muy malo, la gente lo esta pasando muy mal, sobre todo con las perspectivas que se avecinan». No duda en calificar de «extraña» la situación del sector lácteo. «Antes cuando había poco producto las empresas te preguntaban si querías cambiar, ahora nada».

La marcha de Pascual, la delicada situación de Puleva, la incertidumbre ante lo que hará Nestle y la inestabilidad general de las compañías, no animan demasiado a los ganaderos de la costa occidental, donde se concentra la flor y nata de las explotaciones lecheras. Los ganaderos reclaman mayor control de la calidad de la leche que se vende en las tiendas. «porque el problema no está en el ganadero, va más allá», señala.

En el otro extremo de Asturias los pastizales dan paso a las pomaradas. Ayer en Nava aún quedaban restos de nieves entre los manzanos. Los copos de estos días han sido una auténtica bendición para los árboles. Lo refrenda José María Osoro, presidente de la Asociación de Lagareros de Asturias. «Para los manzanos lo mejor es que la meteorología venga con su temporada y que en invierno haga frío».

La nevada, que en abril hubiera sido nefasta, ahora, cuando las ramas de los árboles están desnudas, es un poderoso antídoto contra enfermedades y plagas. El árbol desarrolla defensas contra las bacterias. Según Osoro, es la mejor preparación para la floración que comenzará en primavera.

A la sidra de la nueva campaña el frío no le vendrá tan bien, porque retrasa los procesos de fermentación en el lagar. Lo más probable es que buena parte de la producción de este año, en plena elaboración, salga a la venta más tarde de lo habitual. La fecha que se considera el punto de partida de la nueva sidra es la festividad de San José el 19 de marzo. En cualquier caso, los lagares con tecnología más sofisticada, para el control de temperaturas, irán con ventaja.

En el mar el temporal se ha notado, pero los pescadores asturianos no se han echado las manos a la cabeza. «Todos los inviernos vienen días malos en los que hay que amarrar la flota, estas cosas ya no nos asustan», indica Dimas García, presidente de la Federación de Cofradías de Asturias. Parece que ha nevado a gusto de casi todos.