Oviedo, M. J. I.

Las vacas de las ganaderías asturianas no han pasado hambre por el temporal. A pesar de las dificultades de transporte y de los problemas logísticos para acceder a las zonas más alejadas, las ganaderías han mantenido el abastecimiento de alimentos.

La razón es la progresiva implantación de un sistema de cultivos rotatorios de temporada. El maiz se siembra en verano y una vez recolectado, se almacena para los meses de invierno.

Las praderas se encuentran ahora en fase letargo. La nieve apenas las ha molestado.

Además, en las grandes ganaderías asturianas las vacas permanecen estabuladas la mayor parte de la jornada. Los animales no han echado especialmente de menos el contacto con el exterior.

Las temperaturas bajo cero tampoco se han cebado con las huertas que quedan en Asturias. A estas alturas del año aún no hay nada plantado. Los agriocultores echan mano de ese socorrido refrán que dice «Año de nieves año de bienes». En realidad quieren creer que será así. El ganadero Adelino Pérez lo resume a la perfección: «peor que 2009 no puede venir, fue horrible».