Oviedo, M. J. I.

La costera de la anchoa en el golfo de Vizcaya cumple los peores augurios para los pescadores asturianos. Los cinco cerqueros que se encuentran en el golfo de Vizcaya desde principios de marzo, aún no han logrado desembarcar ni una sola caja de bocarte.

Lo que queda de semana y la que comienza el lunes, será crucial para determinar el futuro de la campaña, que comenzó el uno de marzo y se prolonga hasta junio. En teoría, el avance de la primavera y el aumento de las temperaturas deberían provocar la llegada de bancos de anchoas a las aguas del Cantábrico. Los pescadores no son demasiado optimistas. Tampoco Dimas García, patrón mayor de las cofradías asturianas, que pronostica un desastre para la flota de la región, en caso de que la pesca de bocarte no avance en los próximos días.

El desánimo no sólo cunde entre los asturianos. En las últimas semanas, los resultados han sido «nefastos» para las 150 embarcaciones de cerco de Galicia, Cantabria, Vizcaya y Guipúzcoa que acompañan a las embarcaciones asturianas en la búsqueda del ansiado bocarte. «Estamos preocupados porque no encontramos anchoa, pero, confiamos en que la situación cambie poco a poco», indica García .

En vistas del desastre, las cofradías de pescadores del Cantábrico decidieron esta semana aumentar los cupos de pesca hasta el final de la pesquería. La flota faenará cuatro días por semana con un máximo de 600 kilos por tripulante durante ese tiempo y un tope de 3.000 kilos por embarcación y día.

Para que la campaña sea mínimamente rentable resulta imprescindible que aparezcan ejemplares de buen tamaño, que son los que alcanzan una cotización más alta en las lonjas, entre los diez y los doce euros por kilo.

Ante la falta de materia prima del Cantábrico, algunas pescaderías, sobre todo en el País Vasco, han decidido buscar anchoas en el sur de España, concretamente en Barbate (Cádiz), donde se capturan boquerones, que según algunos expertos en especies pelágicas, tienen igual tamaño, textura y sabor que las del litoral Cantábrico. Por otro lado, el Gobierno vasco ha puesto en marcha un plan de actuación del Servicio de Inspección de Pesca para la campaña de la anchoa del año 2010 que lleva a cabo controles en puertos, lonjas pesqueras, almacenes, fábricas conserveras, mercados de mayoristas, grandes superficies, mercados locales y pescaderías, empresas de transporte y distribución, así como en carreteras, autopistas y fronteras. La mayor parte de los desembarcos de anchoa se llevan a cabo en puertos del País Vasco.

La Unión Europea abrió el caladero de anchoa del Cantábrico, cerrado desde 2005 a la pesca por la baja población de esta especie en la zona. Los pescadores franceses y españoles acordaron un reparto de cuota por el que España pescará el 80 por ciento y Francia el 20 por ciento.

El acuerdo de los gobiernos incluye la cesión a Francia de 100 toneladas adicionales de anchoa.