Oviedo, M. J. I.

La Cámara Agraria provincial, creada con las aportaciones de los agricultores y ganaderos, será historia en unos meses. La liquidación final del patrimonio de la entidad solamente está pendiente de la venta de los locales que en los últimos años han servido de sede en Oviedo. El inmueble, ubicado en la calle Río San Pedro de la capital, así como otro local en la calle Comandante Vallespín se han sacado a subasta pública. Con el dinero se financiará una sede para cada uno de los tres sindicatos agrarios de la región, ASAJA, UCA y COAG.

Las organizaciones han suscrito que en caso de que un sindicato desaparezca esa futura sede pasaría a ser patrimonio de la Administración del Principado. Con esa solución salomónica se pretende dar carpetazo a un largo proceso que comenzó hace seis años con la adscripción del patrimonio de las cámaras locales al Principado. Los sindicatos anunciaron entonces que impugnarían la decisión. Al final, las organizaciones agrarias terminaron aceptando la propuesta.

En su origen, las cámaras agrarias locales eran un punto de ayuda para la gente del campo, con oficinas en las que se tramitaba documentación y se ofrecían diferentes servicios Los tiempos han cambiado, y las antiguas cámaras han perdido su razón de ser. Para convencerse de su falta de competencias los sindicatos han asistido a dos procesos electorales con sendas etapas en las que la actividad del organismo ha sido nula. Si las elecciones sirvieron para medir la representatividad sindical en el campo -con una baja participación-, también fueron la puntilla para convencer a los líderes sindicales de que no contarían con presupuesto para dotar de actividad a la Cámara.