Oviedo

María José IGLESIAS

La cría de salmones transgénicos para consumo humano, como ya se pretende hacer en EE UU, puede causar daños irreversibles a la especie y a la biodiversidad marina y fluvial por el alto riesgo de que los peces con genes modificados pasen de las piscifactorias al medio natural y se reproduzcan con ejemplares «naturales».

David Álvarez, investigador del departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Unidad de Ecología de la Universidad de Oviedo, indica que si, como no es excepcional, de las granjas de acuicultura se «escapan» animales, esta situación sería devastadora para el equilibrio ecológico de los ríos asturianos, en el hipotético caso de que en Asturias se implantasen piscatorias dedicada al engorde de los «supersalmones».

La intención de la empresa estadounidense «Aqua Bounty Technologies» de comercializar salmón transgénico para consumo humano, que crece el doble que un salmón convencional y en menos tiempo, ha sembrado la voz de alarma entre los científicos, que lo consideran un notable riesgo para el medio ambiente. David Álvarez explica que los salmones con los que se experimenta en Estados Unidos contienen genes de otras especies. Si esos peces llegan a reproducirse de forma natural con ejemplares no alterados, el resultado puede ser un cruce «peligroso». Añade que, además, los peces trasgénicos compiten con especies nativas y consumen más cantidad del alimento disponible en el ecosistema. Este investigador asturiano también distingue entre el impacto ecológico de la cría de salmones modificados genéticamente y la posible repercusión de su consumo en la salud humana. «En ese aspecto aún no tenemos datos para realizar valoraciones», precisa. Álvarez advierte que incluso un mínimo número de peces transgénicos liberados al medio pueden ocasionar efectos devastadores. En España existen granjas de cría en cautividad, en las Rías Bajas de Galicia. En Asturias están en estudio.