Oviedo, M. J. IGLESIAS

La población de anchoa en el caladero del golfo de Vizcaya, reabierto en 2010 tras cuatro años de veda, volverá a caer en picado si la Unión Europea autoriza más capturas de las aconsejables para mantener los stocks por encima de 33.000 toneladas. Ése es el cupo establecido por Bruselas como límite de seguridad biológica.

Especialistas como Pedro Abaunza, director del Instituto Español de Oceanografía, en Santander, advierte, en un artículo publicado en la revista «Mar», de que, aunque hay materia prima suficiente para pescar, no es conveniente lanzar las campanas al vuelo.

El volumen de capturas aprobado por la Unión Europea para la campaña actual es de 15.600 toneladas, aunque los informes científicos sugirieron hace unos meses que no superasen las 6.000 toneladas. Para tomar una nueva decisión faltan por conocer los resultados de las nuevas prospecciones que comenzaron en septiembre y finalizan este mes. Abaunza considera que el crecimiento de la población de bocartes es «discreto», pero «lo suficientemente importante como para que haya posibilidades de pesca». Afirma que en una especie de vida corta, como la anchoa ,«son habituales las grandes fluctuaciones».

Añade que aunque el descenso es normal en un año, no lo es en un período prolongado como el que va de 2001 a 2004, tiempo en el que el caladero permaneció vedado. A los científicos les preocupa que un excesivo volumen de capturas pueda colapsar de nuevo la pesquería, que el pasado verano no rindió como esperaban los pescadores, ni en volumen de pesca ni en tamaño de los ejemplares que llegaron a las lonjas. La campaña de anchoa que finalizó en julio se caracterizó por los bajos precios que la mercancía alcanzó en las lonjas.

Los años de cierre del caladero han pasado factura al bocarte del Cantábrico, que ha perdido valor frente a la mercancía que llega de Marruecos y del sur de España. Las fábricas conserveras tuvieron que buscar materia prima en otras zonas y consiguieron nuevos proveedores con un coste menor al de la mercancía del Cantábrico. Los pescadores asturianos esperan conocer los términos del nuevo plan de gestión para la anchoa en el golfo de Vizcaya, que aún no tiene plazos ni fechas para entrar en vigor.

El Ministerio de Medio Marino ha estimado que el plan permitirá que las actividades de la flota se apoyen en criterios de «sostenibilidad ambiental». El departamento que desde hoy dirige Rosa Aguilar no anunció aún en qué fecha le será posible a la Comisión Europea (CE) poner en funcionamiento este nuevo procedimiento de asignación de las cuotas pesqueras. En la actualidad, la toma de decisiones en cuanto al total admisible de capturas (TAC) se basa en la negociación política y en las recomendaciones formuladas por los científicos.

El plan a largo plazo, que en estos momentos discuten el Consejo de Ministros de la UE y el Parlamento Europeo, tiene también como novedad que en el futuro la pesca de anchoa se fije según una fórmula matemática y que no sea objeto de una negociación anual, como ocurre ahora.