Oviedo, M. J. IGLESIAS

La Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) quiere que los contratos que se firmen con los ganaderos para vender y comprar leche contengan una claúsula que recoja la cantidad máxima de materia prima que se compromete a suministrar cada productor. Además, los industriales piden que la Interprofesional Lechera (Inlac) establezca mecanismos para hacer frente a contingencias de la oferta y la demanda como el aumento de producción de las ganaderías en determinadas épocas del año, o la reducción del volumen de ventas.

La propuesta figura en el documento que las industrias lácteas han presentado a la Inlac en el marco de la larga negociación que empresas y ganaderos llevan a cabo para lograr estabilizar los precios lácteos, en caída desde hace casi un año. Ayer mismo, los técnicos de ambas partes mantuvieron un encuentro de trabajo en Madrid para tratar de limar las diferencias que hasta ahora han impedido lograr un acuerdo definitivo.

Según el informe, al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, los industriales defienden la posibilidad de que los ganaderos puedan firmar contratos con más de un comprador. Las empresas coinciden con el Gobierno y el sector productor en que la firma de acuerdos debe ser obligatoria para comprar y vender leche en España. Además, defienden que el modelo de documento sea único para todos y que no exista ningún litro de leche producido en España que no esté amparado por los contratos.

Industriales y ganaderos difieren sobre el modo en el que deben fijarse los precios. La industria pide un «soporte jurídico y político» que garantice la elaboración por parte de la Inlac, con la colaboración de un comité de expertos, de índices de precios, similares a los que se aplican en Francia.

Los sindicatos agrarios exigen que el precio mínimo por litro sea el mismo que se aplica en Francia, más los costes de transporte de la leche del país vecino a España, para evitar la competencia con la producción francesa.

La propuesta de las empresas establece que se tengan en cuenta variables como los precios de venta al público de la leche y los productos lácteos vendidos en España; los precios de los productos de importación; las tarifas de los mercados internacionales de productos industriales y los costes de la leche cruda en otros países de la Unión Europea.

La industria plantea que los índices se configuren en forma de horquilla y varíen trimestralmente. Al mismo tiempo, sugiere la creación de una comisión de seguimiento de los precios de venta al consumidor y la evaluación de su evolución respecto a los precios de la materia prima.

El setenta por ciento de la leche que se produce en Asturias se encuentra sujeta a contratos lecheros. En la región se producen al año 600.000 toneladas de leche, en manos de 2.600 ganaderos. El alto porcentaje de leche «contratada» en la región estriba en que en el cómputo se contabiliza directamente a los 1.300 ganaderos que suministran su leche a Central Lechera Asturiana. Las organizaciones agrarias, ASAJA, UCA y COAG aseguran que aunque el dato es positivo, y supera la media española, les preocupa el 30% de ganaderos que aún carece de acuerdo escrito.

Los sindicatos estiman de gran importancia que todas las explotaciones asturianas estén bajo contrato porque así se garantizaría a los ganaderos la recogida y el precio de la leche. Los ganaderos asturianos denuncian que llevan casi dos años en situación de pérdidas vendiendo la leche por debajo de costes de producción. Se encuentran en un grave riesgo de cierre.

Cuando se alcance el acuerdo definido, el nuevo modelo de contrato deberá plasmarse en un real decreto. Más adelante se estudiará la posibilidad de dar prioridad en la concesión de ayudas a aquellos operadores cuyos contratos tengan una duración más amplia, lo que debe contribuir a fomentar la estabilidad en el sector.