Oviedo, María José IGLESIAS

El monte «El Allende», ubicado en Caso, de propiedad municipal, se convertirá en el «templo» del gochu asturcelta y albergará la primera gran ganadería de la región para la cría de cerdos en libertad.

Los promotores del proyecto -la empresa Crivencar, el criador Francisco Guerra y la ingeniería Biesca, que dirige Adolfo de la Parte- planean poner en marcha una explotación inspirada en el modelo de la dehesa extremeña adaptada a las características de Asturias. En vez de bellotas, los animales se alimentarán de las castañas de los árboles desplegados en una superficie total de 50 hectáreas. Las previsiones apuntan a una densidad media de 10 ejemplares por hectárea.

Así se hizo en Asturias durante siglos, hasta que a mediados del siglo XX el gochu asturiano fue desplazado por otras razas. Tanto Lluis Nel Estrada, director gastronómico de Crivencar, como Guerra y De la Parte resaltan que los gochos crecerán en absoluta libertad, con alimentación natural, complementada por cereales y piensos libres de transgénicos.

El objetivo es poner en el mercado 500 animales al año, aunque al principio los autores del proyecto se «conformarán» con alcanzar 150, según Estrada. Sobre el papel, las cuentas salen. «Creemos que puede ser rentable, si no no nos meteríamos en ello». Veinte hectáreas se emplearán en el engorde ecológico de los cerdos y 30 se destinarán a una producción convencional, aunque respetuosa con el medio natural y, en ambos casos, basada en el pastoreo.

La carne del cerdo asturcelta, una de las razas autóctonas que se encuentra en peligro de extinción, aún es un producto minoritario que a partir del nuevo proyecto pretende llegar a muchos más consumidores. «Ahora los hosteleros compramos a criadores, en escasa cantidad. La gente no puede valorar el producto si no lo conoce», afirma Estrada. La prioridad será vender carne fresca, sin descartar opciones como la curación de jamones. Crivencar ha enviado unas piezas a Guijuelo -cuna del jamón ibérico, en Salamanca- para hacer un experimento que puede abrir la puerta a nuevas iniciativas.

En cualquier caso, competir con los ibéricos no preocupa a los impulsores de una macroganadería que supone el proyecto más ambicioso abordado hasta ahora desde Asturias para esta raza. Existen precedentes en concejos como Tineo y en el centro regional. Además, hasta 2008 en España estuvo prohibida la cría extensiva de porcino, salvo en Extremadura. La iniciativa se encuentra en período de alegaciones. Los impulsores destacan el apoyo del alcalde de Caso, Elías Álvarez, para contar con una empresa puntera que, según las primeras estimaciones, creará tres puestos de trabajo directos en la zona. Francisco Guerra, administrador de fincas, que tiene una hermosa piara de asturceltas en Carbaínos (Cenero, Gijón), está entusiasmado con una aventura que, a su juicio, debe servir para poner en el mapa a un tipo de cerdo que antaño era tan apreciado que se llevó a Extremadura y llegó a cruzarse con ibéricos. Considera que Caso es un lugar ideal para montar la explotación. «No es fácil encontrar 50 hectáreas de castaño que cumplan requisitos como el estar alejadas de una casa una hectárea», explica. También será necesario investigar para seleccionar los mejores cortes. El precio del kilo canal está a 3,50 euros, más caro que el convencional. Uno de los problemas de los cerdos es que vienen bastante engrasados y tienen muchos desperdicios. Adolfo de la Parte ha diseñado los tratamientos selvícolas de aclareo y el cuidado de los castaños, algunos afectados por chancro. Entre los planes está hacer injertos para mejorarlos. La finca se rodeará de un cierre para que los animales no salgan y no tengan contacto con especies cinegéticas.