Oviedo, M. J. IGLESIAS

La Organización de Productores Lácteos (OPL) denunció ayer que la instalación del horno incinerador de residuos de Cogersa proyectado en Serín (Gijón) supondría la desaparición de 400 ganaderías de leche y otras tantas de carne, un total de 800 que constituyen alrededor del 15 por ciento de la producción regional y albergan unas 50.000 reses.

El vicepresidente de OPL y portavoz en Asturias, Pablo Velasco, añadió que la incineradora, tal como está proyectada, destruirá 3.000 puestos de trabajo directos en la ganadería y el mismo número de indirectos, además, acabará con la actividad en el centro de Asturias y afectará a los municipios de Gozón, Carreño, Gijón, Llanera y Corvera, según un estudio de OPL, compartido con los ganaderos de la zona.

Velasco, que tiene una explotación ganadera en Tineo, mostró ayer su rechazó al proyecto valorado en 300 millones de euros, que genera abundante polémica en los diferentes colectivos y entidades de Asturias.

Fundamenta las denuncias en un estudio realizado por OPL que destaca los perjuicios que ocasionaría la planta. «No podemos tolerar que se destruya la ganadería en Asturias con un proyecto que si sale adelante dará lugar a uno de los hornos más grandes de Europa», explica.

Las denuncias de los ganaderos se unen a las realizadas la pasada semana en la misma línea por el Consorcio Cívico de Asturias, organización creada para proponer alternativas a la quema de residuos, la Unión de Consumidores (UCE) y Greenpeace, quienes han pedido la paralización del expediente para la construcción de la incineradora de Serín, porque «quienes la defendían como imposición» no obtuvieron buenos resultados electorales, en alusión al PP y al PSOE, que respaldan el proyecto.