Avilés,

Teresa CEMBRANOS

El nuevo año no trae buenos augurios para el sector pesquero. Así, por lo menos, lo afirman los profesionales que viven de la mar. «Vamos a tener que hacer virguerías para aguantar en 2012. Todo sube, menos el pescado», describe Dimas García, presidente de la Federación asturiana de cofradías.

Y es que pese a que Bruselas ha decidido aumentar este año el cupo de algunas de las especies más significativas para la flota de la región, como la bacaladilla o el pixín, las más importantes y las que más dinero dejan -merluza y xarda- apenas van a tener variación. «Se necesitaría que las cuotas de esas especies aumentaran un 100 por ciento para poder mantener la actividad», alertan tanto Ramón Álvarez, gerente de la sociedad Nueva Rula de Avilés, como Dimas García. «Vamos a tener el mismo problema que en 2011, cuando se cerraron algunas pesquerías antes de que terminara el año porque se agotaron los cupos rápidamente», señala el presidente de las cofradías de la región.

El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores «Virgen de las Mareas» de Avilés, Gregorio López, aseguró ya hace unos días a este periódico que los cupos asignados tanto a la merluza como a la xarda «son insuficientes a todas luces, muy especialmente en el caso de la merluza que pueden pescar los barcos pequeños». Para el presidente de la Asociación de Palangreros del Cantábrico (Arpacan), Fernando Iglesias, «Viriato», las previsiones para el nuevo año son «las mismas que para 2011»: «No varía nada ya que los cupos para la pesca de la merluza del Norte se mantienen». Iglesias defiende un aumento de las cuotas de merluza, ya que «hay a mansalva».

La previsión es que el próximo 10 de enero se celebre en Gijón una reunión de las federaciones de cofradías del Cantábrico en la que se analizarán las cuotas y cupos para 2012. La intención, además, según explicó Dimas García, es solicitar una reunión urgente con el nuevo responsable del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, para trasladarle su disconformidad con el último acuerdo alcanzado en la Unión Europea para el reparto de las cuotas. «Esperamos que los nuevos responsables nos atiendan y se pueda reparar el mal hecho al sector pesquero», confía el presidente de la Federación regional de cofradías.

El problema de fondo en el sector es que los pescadores y armadores ven cómo año a año aumentan los costes de explotación de un barco, como el gasóleo, el pago a la Seguridad Social o los salarios a los trabajadores, mientras que los precios que se pagan por las especies capturadas apenas tienen variación e, incluso, bajan. «Por ejemplo, un barco de arrastre, si gasta todo el cupo que le corresponde, obtiene por la venta del pescado unos 300.000 euros al año, pero para que un barco sea rentable necesitaría ganar unos 800.000 euros anuales», explicó el responsable de la rula avilesina, Ramón Álvarez.

Así las cosas, los profesionales intentan ser positivos para poder seguir manteniendo un sector que vive años difíciles. Una buena noticia es el incremento en un 11 por ciento de la facturación en la Rula de Avilés, hasta llegar a los 33 millones de euros.

No obstante, algunos tienen claro que si la Administración aportase más dinero a las ayudas para desguazar los barcos muchos de los armadores optarían por abandonar la mar. «Hay que hacer algo para que se rentabilice la actividad y que no sea mejor tener amarrado el barco que salir a faenar», dice Álvarez.