Javier González Aguilar ha recogido recientemente parte de sus productos ecológicos de su huerta de Cuevas del Agua, y entre los que aún están creciendo se ven ahora las fabas de mayo. Sin embargo, allí planta de todo un poco, y no sólo productos propios de Asturias, sino también borraja, cardo, espárragos, alcachofas, lechugas, tomates, maíz, pimientos, apios, nabos, calabazas, acelgas... En fin, un poco de todo, como él mismo dice.

El trabajo en el campo lo aprendió durante su estancia en Alicante, donde vivió varios años. Esa experiencia y esa vivencia le sirvieron para poder iniciarse tiempo después en el cultivo y el mantenimiento de una plantación de kiwis ya en Cuevas, de la que se hizo cargo por razones familiares en 1996 y lo que originó que dejase, por aquel entonces, su trabajo en una ludoteca. Porque Javier González Aguilar, además de presidente del consejo rector de Copae (Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado de Asturias), también es maestro, y, como tal, ejerció unos meses antes de dedicarse completamente a la agricultura y a la ganadería ecológicas en un valle húmedo y recogido donde hoy tiene parte de su vida.

Javier González se encuentra a gusto dedicado a trabajar la tierra y a la cría de animales, entre ellos gallinas, ovejas y cabras, pero tampoco olvida su faceta como apicultor. Además, es que ya no concibe su vida si no es donde está ahora. «A mí me gusta mucho el campo y no creo que pudiera vivir en una ciudad. Yo aquí me encuentro muy bien, me gusta mucho lo que hago, me siento a gusto. Es más, he tenido oportunidades de hacer otras cosas y dije que no. Yo me quedo aquí. Y para seguir», destaca.

Este joven agricultor no sólo cree en lo que hace y disfruta de ello, sino que además está plenamente convencido de que el campo tiene futuro. «Estoy convencido de que la gente que un día se fue a buscar fortuna por otros lados volverá. Para mí, la ciudad implica bastante locura, sinrazón, todo eso... Lo que no se puede perder es el arraigo, las raíces, los vínculos con la tierra y la naturaleza. Me parece mucho más real vivir en el campo que en la ciudad».

De todas las plantas que tiene en su huerta en Cuevas la hectárea de kiwis es, posiblemente, la que más tiempo y dedicación le lleva. «El kiwi requiere mucho trabajo y mucha atención», dice, para añadir luego: «Se recoge en noviembre y lo cierto es que se vende muy bien». Javier González es muy optimista respecto a la demanda de productos ecológicos en el Principado, y en este sentido afirma que «casi toda la producción ecológica que hay en Asturias se vende prácticamente en el Principado. Cada vez hay más gente que pide estos productos. Por ejemplo, en materia de carne hay una demanda de 200.000 kilos en canal de vacuno de carne ecológica».

La producción ecológica tiene una base científica y otra que se asienta en la sabiduría popular, tal y como señala Javier: «Los alimentos no pueden haber sido tratados con ningún tipo de producto químico. No se permiten pesticidas o productos químicos en los abonos, ni organismos modificados genéticamente». «Los alimentos son más saludables porque la misma planta elabora más antioxidantes. Por ejemplo, el abono se realiza con cuchu curáu; después de fermentado se hace el compostaje. Esto para la huerta es básico porque es un buen abono natural», afirma con convicción.