Los pescadores cuando salen a la mar y ésta no se mueve llaman a eso «calma chicha». El Cantábrico no se suele caracterizar por eso, sino por las aguas que se baten, por las olas que zarandean las embarcaciones, por la agitación y por la lucha para hacer frente a cualquier golpe venga de babor o de estribor. Esa definición tan nuestra me evoca precisamente eso, que hemos tenido durante siete meses un Gobierno en «calma chicha». Un Gobierno para el que los municipios pesqueros, las cofradías, la vida que se genera en torno a este sector primordial para la economía de nuestros territorios costeros, le deben de parecer algo así como un día de playa en la que la mar está como un plato. Y así, hoy, nos encontramos con que las zonas rurales costeras de Asturias corren algo más ya que el riesgo de perder ocho millones de euros, si el Gobierno en funciones de Francisco Álvarez-Cascos no es capaz de sacar adelante la convocatoria de subvenciones del denominado Eje IV del Fondo Europeo de la Pesca, desarrollo sostenible de las zonas de pesca (FEP). Unas nuevas ayudas económicas que, por primera vez, permitirán la financiación de proyectos destinados a revitalizar la economía y el empleo de dieciocho municipios costeros del Principado. La convocatoria está en «calma chicha», paralizada desde hace meses. Pero es que, además, lo irritable del caso es que estos fondos son única y exclusivamente europeos. Aquí no aportan cofinanciación ni el Estado ni las autonomías. O sea, que los recortes presupuestarios, los ajustes y demás tijeretazos no tienen nada que ver con un dinero que nos da simplemente la madre Europa. Aquí sólo se puede hablar de la desidia de no sacar las convocatorias precisas para acudir a estas ayudas, y permítanme una lamentación muy marinera, muy de Cudillero, que se utiliza cuando el patrón del barco o la tripulación no cumple con las expectativas de su trabajo. «Señor Cascos, ¿con quién vamos a la mar?».

La aplicación de este nuevo eje, dotado con diez millones de euros para el Principado de Asturias durante el período 2007-2013, se gestionará en nuestra región a través de los siete grupos de acción costera, eso que puede parecer un tecnicismo no es otra cosa que una agrupación de los dieciocho municipios costeros a los que hacía referencia. Grupos, éstos, seleccionados por el propio Principado y que proceden de estructuras ya consolidadas como los grupos de desarrollo rural. A ellos se ha sumado la pieza clave: las cofradías de pescadores.

Otro dato a tener en cuenta es que la gestión del Fondo Europeo de la Pesca depende del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, pero éste ha delegado esta competencia sobre las ayudas en las comunidades autónomas beneficiarias. Cuando el 30 de diciembre de 2010 se firmaron los convenios de colaboración entre el Principado de Asturias y los siete grupos de acción costera, todo apuntaba a que la gestión de estas subvenciones era ya inminente. Así que los grupos hicieron sus deberes y elaboraron y aprobaron las estrategias de desarrollo que pretendían presentar a la convocatoria. Pero éstas no llegan. No ocurrió así con la de 2011 y parece ser que tampoco ocurrirá con la de 2012. Esto es algo así como estudiante aplicado que se prepara para notarías durante años y las oposiciones no salen.

Nadie entiende por qué esta paralización de las nuevas ayudas, especialmente porque el Ejecutivo regional ha tenido tiempo de sobra. Es más, el consejero de Agroganadería y Recursos Autóctonos, Albano Longo, se comprometió en la Junta General del Principado a recuperar las anualidades perdidas. La prórroga presupuestaria supone la existencia de una partida específica para el Eje IV del FEP, en torno al 35% del total, que se corresponde a 3.750.000 euros, ya estipulada para 2011. También se comprometió con todos los presidentes de grupos a agilizar la convocatoria ya estipulada para el año 2011. Pero nada, lo dicho, «calma chicha».

Si la convocatoria no se realiza antes de abril, supondrá la imposibilidad de completar todo el proceso, ya que antes de fin de año debe estar justificado y más aún abonado el total de las ayudas concedidas -esas para las que no existe convocatoria-. Se necesitan al menos seis meses para la gestión del proyecto, por lo que el nuevo Gobierno que salga elegido el 25 de marzo no dispondrá de tiempo material para realizar estos trámites. En resumen, ayudas europeas con coste cero para nuestra región, perdidas, hundidas en el fondo del mar, sin posibilidad de lanzar red que las recoja.

Asturias es la única comunidad autónoma donde aún no se ha puesto en marcha este nuevo eje para los territorios costeros, mientras que en Galicia, Cataluña, Andalucía y Canarias ya han aprobado sus proyectos. Por último, recordar al señor Albano que aún tiene tiempo hasta abril para trabajar en estas convocatorias y no pasar a la historia de nuestros municipios costeros como el consejero responsable de haber perdido estos fondos. Si así fuera, y con todos mis respetos, le deseo que cuando vaya a uno de nuestros concejos lo mejor que puede hacer es buscar una playa donde tumbarse al sol. Le deseo que además ese día, para mayor disfrute, cuente con una tarde espléndida para descansar de tanta actividad, que la mar esté como un plato y en «calma chicha», como parece ser que a usted tanto le gusta.