La mayoría de los productores sidreros de la región ve la integración en la Asociación de Sidra de Asturias (ASA), en la que están los principales elaboradores de sidra espumosa, como la mejor forma de defender las demandas del sector, una vez que parece más que inminente disolución de la Asociación de Lagareros de Asturias (ALA), tras el despido hace unos días de su presidente ejecutivo, José María Osoro.

Samuel Trabanco, de Sidra Trabanco, asegura que desde «hace años había intentos de acercamiento porque no tiene mucho sentido tener dos asociaciones en una región tan pequeña». Parece que aprovechando la delicada situación por la que atraviesa la de lagareros, de la que poco a poco se han ido dando de baja varios profesionales al considerar que ha dejado de tener utilidad y que apenas presta servicios, puede ser la ocasión para la reintegración. Apunta que «hay que tener una representación institucional a nivel de colectivo y vale más una fuerte que dos debilitadas».

Manuel Riestra, de Sidra Muñiz y anterior presidente de ALA, también considera que ésta «cumplió una función positiva durante estos años», pero apunta que los productores comparten, «cada vez más», pasar a formar parte de ASA porque la tendencia a la diversificación productiva hace que la mayoría de los lagares produzcan sidra natural y espumosa, por lo que comparten intereses y éstos pueden ser defendidos por la Asociación de Sidra de Asturias, presidida por Consuelo Busto, gerente de Mayador.

Eloy Cortina, de Sidra Cortina y presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias, es más cauto en cuanto a la disolución de la Asociación de Lagareros y cree que no se deben «adelantar acontecimientos» y matiza que la intención del sector es «seguir asociado», aunque no niega que es necesario una reestructuración de la ALA o integrarse en ASA.

Algunos de los lagareros que abandonaron el colectivo creen que quien les represente en el futuro debe tener mayor actividad. Uno de los que comparte esta idea es José Luis Vigón, de Sidra Orizón. Juan Roza, de Sidra Roza, reconoce que se dio de baja por «falta de resultados» y dice que la Asociación de Sidra de Asturias defiende los intereses de los productores de espumosa, pero no los de natural. María Vigón, de Sidra Vigón, sostiene que es «importante que el sector esté asociado».

Nava,

Mariola MENÉNDEZ

La sidra de pera ya podrá servirse y probarse en el verano. Ésa es la fecha prevista para su llegada al mercado, según afirma Francisco Ordóñez, enólogo y uno de los propietarios del lagar naveto Viuda de Angelón, que fabrica este caldo con fruta asturiana, concretamente del concejo vecino de Piloña. Esta bodega apuesta por un producto novedoso en el sector, a pesar de que hace años ya se elaboraba en la región.

Ordóñez explica que la de pera sigue la misma evolución madurativa que la de manzana, por lo que recientemente, aprovechando el menguante lunar de mediados de febrero, ha sido trasegada, proceso en el que se han eliminado las borras o posos del tonel. No ha sido mezclada con bebida de otro depósito porque, de momento, en el lagar naveto este año sólo producirán uno. Ahora hay que ver cómo evoluciona la segunda fermentación, la maloláctica, después de que la primera, la alcohólica, haya cumplido las expectativas.

Se caracteriza porque, en comparación con la de manzana, tiene «un poco menos de alcohol», unos cinco grados, frente a los casi seis de la tradicional. La razón es que las peras utilizadas en la elaboración del mosto tienen menos azúcares, a pesar de la creencia de que es un fruto más dulce. En cuanto al sabor, el enólogo subraya que es «más seca» y recuerda a la sidra de manzana y a un vino blanco verdejo. A esta variedad también la delata su color, «más pálido y transparente».

La producción de esta bebida es de unos 10.000 litros. Francisco Ordóñez apunta que aún no tienen claro en forma de qué producto saldrá al mercado, pues sostiene que «tiene muchas posibilidades», pero baraja que sea una sidra de mesa o espumosa.