Lucía Ríos Piñeiro es una apasionada de su trabajo y cuando habla de cómo se desarrolla su día a día, dedicada a sus hijos y a su finca ecológica en La Carbayera, en Quintueles (Villaviciosa) lo hace con una sonrisa. Conoció a el que es hoy su marido, Rafael Echeverz, en Madrid, concretamente en el teatro Alfil, donde él era técnico de iluminación. Tras unos años de vida en común en la capital de España, y cansados de la agitada vida en la gran ciudad, optaron por dar un giro a su vida marchándose a Navarra durante un periodo de tres años para gestionar el molino de Amaiur, situado en el valle de Batzán.

"Tras nacer en Madrid nuestro primer hijo ya decidimos que queríamos vivir en el medio rural, que aquello no era para nosotros porque siempre nos gustaron los pueblos. En Amaiur estuvimos muy a gusto hasta que a mi marido le ofrecieron trabajo en Gijón en el teatro de La Laboral, entonces nos vinimos para Asturias y, tras vivir un tiempo en Deva, al final encontramos aquí nuestro hogar", afirma. Empezaron con un pequeño huerto para consumo propio. "Al llegar hice un módulo técnico de producción agroecológica en Luces, en Colunga. Nosotros ya teníamos conocimientos del trabajo de la tierra y de agricultura ecológica por los años que vivimos en Navarra y, aunque somos muy autodidactas, también aprendimos mucho de los sabios consejos de las personas de los pueblos, de los mayores".

En su finca ecológica "La Carbayera" se puede encontrar hoy una buena cantidad de productos de la tierra. "Aquí hacemos rotaciones de cultivos, lo más importante es tener biodiversidad, Estoy inscrita en el Copae desde noviembre de 2012 y podría decirse que este es mi primer año de producción propia y, de momento, sólo hago venta directa aquí, donde vivimos".

Sin duda que su huerta impresiona. Tan bien distribuida y tan rica en productos. "Tenemos variedad de frutales. Utilizamos abonos verdes. Hay un poco de todo. Por citar algo decir que tenemos lechugas de varios tipos así como tomates de diferentes especies. Para el otoño tengo todas las crucíferas; el repollo, coliflores, etcétera. También tenemos gallinas, patos y conejos", recuerda esta mujer que, al tiempo que cultiva su huerta, también ofrece, junto a su marido, diversos talleres.

"El que dimos de iniciación a la agricultura ecológica tuvo mucho éxito, vino gente de todas las edades y con mucho interés en el tema. Ahora, el 26 y 27 de octubre, impartiremos otro sobre la protección y cuidados de los cultivos hortícolas. También diseñamos huertos a domicilio, desde el proyecto de la huerta, la orientación, los cultivos que prefieran e incluso diferentes labores en el terreno", añade.

Llevan tres años viviendo en Asturias y se sienten muy satisfechos de la decisión tomada en su día. Sus hijos, Mauro y Mikel, de 9 y 6 años, tras estudiar un tiempo en Gijón, ahora lo hacen en el Centro Rural Agrupado de La Marina. "Ellos están encantados con el cambio y también nosotros. Aquí hemos encontrado nuestro lugar. La paz que se respira en este pueblo no la cambiamos por nada", afirma.