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Sergio Sedano Delgado, de 24 años, colabora activamente en la ganadería de vacas de leche que su familia tiene en Alvares

Sergio Sedano Delgado, con una de las vacas de la ganadería familiar. | ana paz paredes

Sergio Sedano Delgado, de 24 años y vecino de la localidad de Alvares, es uno de los hombres más jóvenes en el sector ganadero de la parroquia de Villardeveyo, en Llanera. Tras cursar la ESO, hizo un cursillo en la Fundación Laboral de la Construcción, de fontanería y placas solares, además de otro de albañil. Tiene el carnet de conductor de camión. En los últimos años, y a pesar de su corta edad, trabajó en diferentes empresas, "haciendo de todo un poco, incluso hasta el pasado mes de diciembre también estuve trabajando con una carretilla elevadora". "Pero está todo muy mal, es difícil encontrar un trabajo en lo tuyo y los que hay son temporales, por eso decidí quedarme aquí a ayudar a mis padres y estoy considerando dedicarme a ello en el futuro ya como profesional", señala con determinación este amante de su profesión.

La ganadería, a nombre de su madre, Blanca Flor Delgado, cuenta con 24 vacas destinadas a la producción de leche. "Este año subió un tanto el precio de este producto y es una buena noticia para el sector", señala. Este joven señala como una de las causas de este incremento a la jubilación de un importante número de profesionales en toda Europa, "especialmente en Francia, donde no ha habido un relevo generacional; algo que, por otra parte, también está sucediendo en nuestra región".

Sin embargo, considera una mala noticia a desaparición de las cuotas para 2015, "sobre todo para los que tenemos ganaderías pequeñas". "Nos costó mucho dinero en su día hacernos con ellas y ahora nos encontramos con esto. Esta claro que los que más vamos a perder somos los pequeños. A eso hay que añadirle, además, que hoy en día las subvenciones están paradísimas", dice.

Sergio Sedano es un joven que tiene clara su situación. "Hay que atenerse a las circunstancias y aprovecharlas. Yo conozco bastante gente joven en el concejo con estudios y carreras que están en el paro y el regreso al hogar es duro. En mi caso yo soy afortunado porque siempre puedo dedicarme a la ganadería familiar", señala.

En cuanto al tiempo de ocio, reconoce que las vacas requieren mucho tiempo y dedicación. Eso sí, en casa sus padres le echan una mano para que también pueda salir alguna vez con los amigos, con su novia o irse los viernes a las ocho de la tarde, cuando acabó todas sus tareas, al polideportivo a jugar al fútbol, su deporte favorito.

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