Los consejos reguladores asturianos, máximos garantes de la calidad de los productos regionales con marca de calidad europea, asisten con preocupación a un cambio de hábitos que se traduce en menos ventas de productos como fabas, quesos, sidra, vino de Cangas, chosco de Tineo, ternera -aunque en mucha menor medida- y quesos como el cabrales, el gamonéu, afuega'l pitu y el de los Beyos.

Reyes Ceñal, gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida "Sidra de Asturias", percibe que los regalos ya no están bien vistos. "No están de moda y, aunque suene muy crudo, eso es así".

Ante ese cambio de rumbo, Ceñal propone también fomentar nuevas formas de consumo. "Si se hacen menos regalos habrá que promover el consumo en casa o en restaurantes", afirma. A su modo de ver, esas dos vías abren un alto potencial de crecimiento a productos como las sidras con denominación de origen. "Si alguien te invita a comer a su casa queda muy bien, por ejemplo, llevar una botella de sidra", sugiere Ceñal.

Desde el punto de vista empresarial, Reyes Ceñal defiende que las corporaciones tengan un detalle con sus clientes o personas allegadas. "No me parece que el problema de la corrupción resida precisamente en esas prácticas", sostiene.

"Nosotros, por ejemplo, consideramos que hacer llegar una muestra de las sidras institucionales a entidades con las que estamos relacionados no tiene ningún doble sentido, simplemente se trata de difundir la imagen de marca y compartir nuestros productos en fechas especiales", indica. De parecida opinión es el luarqués José Menéndez García, presidente del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida Faba Asturiana, agricultor y ganadero radicado en el concejo de Castropol, que se ha marcado como objetivo combatir el intrusismo que atenaza a la legumbre regional, uno de los productos que dejan mayor valor añadido en el campo y con un amplio potencial de explotación.

"En nuestro caso no notamos un descenso de ventas porque la cosecha de este año ha sido tardía e irregular, y hay más demanda que oferta". Además, el precio de la faba asturiana ha subido, hasta el punto de alcanzar los doce euros por kilo en la venta al público.

"Vivimos un momento en el que si no haces un regalo, nadie te va a criticar por ello, así que eso también es una buena estrategia para quienes prefieren destinar los recursos a otras cosas", asegura Menéndez, con un asomo de ironía.

Tanto Reyes Ceñal como Juan José Menéndez tienen claro que esos "detalles" empresariales irán simplificándose cada vez más. "La sociedad ha cambiado y se buscarán maneras de agasajar a los clientes de las empresas sin realizar ninguna ostentación", aseveran.