La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Me quedo en el pueblo

De peluquera en Gijón a agricultora en Siero

Araceli Rozada Núñez dio un giro a su vida cuando decidió establecerse en San Pedro de Anes y trabajar su huerto ecológico

Araceli Rozada Núñez muestra algunos de los pimientos en su huerto ecológico en Siero.

Araceli Rozada es una mujer con fortaleza. Muestra con orgullo e ilusión los frutos que cada día le regala su huerto que, desde 2013, es ecológico y que se encuentra en la parroquia de San Pedro de Anes, en Siero. Eso sí, el camino no ha sido fácil y el presente precisa de mucha constancia, lucha y trabajo duro para sacar adelante su empresa en el campo, que responde al nombre de Lloréu Huerto Ecológico. Y es que el cambio de vida de esta mujer y su familia -marido e hijos- es, sin duda, tan significativo como admirable y, como en muchos casos, también derivado de la crisis y la falta de trabajo.

"Yo nací en Gijón, soy de La Calzada. Siempre me gustó mucho la peluquería y muy joven me formé como profesional. Con 18 años ya estaba trabajando y un tiempo después conseguí independizarme profesionalmente. La familia de mi marido compró una casa en el campo, en Siero, adonde íbamos todos los fines de semana. Nos gustó tanto que después de un tiempo encontramos casa en Anes e íbamos y veníamos de Gijón. Ya teníamos a Irene, nuestra hija. La crisis nos dejó sin trabajo a ambos y fue lo que provocó que, ya viviendo aquí y tras dos años al paro, nos decidiéramos a trabajar el huerto y a producir. Aquí nació también nuestro segundo hijo, Javier", relata Araceli Rozada.

Tanto ella como su marido están muy agradecidos a sus vecinos: "Ellos fueron nuestros profesores, nuestro apoyo, los que nos aconsejaron incluso cuándo y qué sembrar que diera más rentabilidad. Entonces empezamos con la huerta y al tiempo conocimos grupos de consumo ecológico. Conseguimos el certificado ecológico en 2013. Al principio fue difícil adaptarse al cambio de vida, porque es muy grande, incluso a veces tienes ganas de tirar la toalla, pero pocas opciones tienes cuando tomas esta decisión y o te remangas y tiras hacia adelante, o nada. Ahora bien, eso es al principio, luego te das cuenta de lo mucho que te gusta lo que estás haciendo y ahora ya tengo claro que esta nueva vida nuestra no la cambiamos por nada. Además, el pueblo está muy bien comunicado, tengo unos vecinos estupendos y el transporte escolar pasa por delante de casa".

Vende todo tipo de productos de la huerta, dependiendo de la estación: tomate, patata, cebolla, pimiento, remolacha, calabacines, berenjenas, espinacas, arvejos, etcétera, y acude cada jueves al mercado de El Berrón a ofrecer su producción ecológica. También cría cerdo asturcelta, aunque éste no es ecológico, "¡Hace años era impensable que yo cogiera una fesoria! Y ahora no cambio esto por nada", señala.

Compartir el artículo

stats