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Me quedo en el pueblo

De la ciudad al campo por amor a la naturaleza

Carmen García Arias y Francisco García Fernández trabajan su huerta y tienen una tienda de productos ecológicos en Siero

Carmen García Arias y Francisco García Fernández, en su huerta de Siero. Ana Paz Paredes

La decisión que tomaron hace varios años Carmen García Arias y Francisco García Fernández de dejar la ciudad para vivir en el campo no vino motivada, como viene sucediendo en los últimos años, por la crisis. Al contrario. Como grandes amantes de la naturaleza, del mundo rural y del campo en general ya lo tenían decidido desde siempre. "Buscamos una finca y encontramos ésta. Cuando nos construyeron la casa de madera nos vinimos a vivir aquí y, poco a poco, también empezamos a trabajar la huerta", explica Francisco García, que trabaja como bombero en una empresa privada.

Carmen García ejerció, como él, trabajos duros e intensos. "Fui policía portuaria en El Musel durante cuatro años y medio. Antes también fui bombero, socorrista en las piscinas de Langreo e incluso técnico de ambulancias", recuerda esta mujer, para quien la palabra "inactividad" no existe. Y, al tiempo, añade: "Luego me quedé en el paro y tanto Francisco como yo decidimos hacer un módulo de dos años de técnico de producción ecológica en Luces. Este año aún estamos en conversión para ecológico. El certificado nos lo darán en 2016".

El proceso de ambos, ella natural de Oviedo y él, de Gijón, en cuanto a su adaptación al campo y al modo en que le están sacando provecho a su vida y a su actividad, ha sido progresivo. "Primero compramos la finca, luego la casa, ahora ya empezamos a sembrar para vender porque antes era para consumo propio, y hace poco más de mes y medio abrimos en el centro de Pola de Siero, en Les Campes, la primera tienda de productos ecológicos de la zona", recuerdan ambos.

En su tienda, que se llama La Plaza Verde, hay de todo; desde producción ecológica agraria de su huerta, bebidas, productos elaborados, productos de limpieza, de higiene y cosmética hasta piensos para caballos y gallinas, además de contar con un espacio para dar charlas y talleres. Al frente de la misma está Carmen, quien señala que todo este proceso es una forma de vida. "A nosotros siempre nos gustó el campo y la naturaleza, vamos mucho de senderismo y a la montaña y siempre supimos que el campo era donde queríamos vivir. Francisco tiene bastante tiempo libre y puede ocuparse de la huerta, en la que también trabajo yo, pero creemos que no se puede vivir sólo de ella, a veces es complicado vender la producción y además hay mucha competencia, por eso abrimos la tienda ecológica en la Pola y la verdad es que estamos contentos porque ha sido bien recibida", señala.

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