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Una solución para la gestión de residuos en las explotaciones

Hunosa desarrolla un programa piloto para transformar el cuchu en energía

La empresa minera utiliza una novedosa tecnología para aprovechar el gas que desprende el estiércol cuando se descompone en las granjas

El ingeniero Albino González, con un documento del proyecto. NACHO OREJAS

La revolución del cuchu llega a Asturias. La empresa minera Hunosa acaba de impulsar, por primera vez en la región, dos proyectos piloto en una ganadería y una industria agroalimentaria para producir gas a partir de sus residuos. Se trata de una técnica novedosa y diseñada en el Principado: la biogasificación anaerobia secuencial, consistente en aprovechar el trabajo que hacen las bacterias durante la descomposición de los desechos, captando el gas metano que se desprende del proceso. Esta tecnología, aseguran sus promotores, garantiza un ahorro energético y medioambiental de las explotaciones al aprovechar el estiércol que trae de cabeza a los ganaderos. "Producimos gas y encima eliminamos un problema en las cuadras", resume el ingeniero Albino González, responsable del área de nuevas energías.

El plan que lidera Hunosa surgió a raíz de la puesta en marcha de trabajos sobre la instalación de calderas de biomasa. La empresa explica que la idea de sacar provecho a los residuos salió de los clientes. A partir de ese momento, el equipo se puso manos a la obra y diseñó dos proyectos piloto en una ganadería de 300 vacas y una industria agroalimentaria de la zona central de Asturias. No obstante, la biogasificación anaerobia secuencial puede tener más aplicaciones, como el tratamiento de lodos en depuradoras. La empresa ya tiene contactos con industrias lácteas, conserveras y cárnicas del Principado. "Por ahora estamos recogiendo datos y comprobando la viabilidad económica y tecnológica del proyecto", matiza González.

Para convertir los purines en energía, las ganaderías precisan de la instalación de una caldera en la que se programe una acción ordenada de las bacterias. Según Hunosa, la biogasificación reúne tres ventajas: reducir costes al disminuir el tamaño de las instalaciones necesarias para aprovechar el gas, recortar el tiempo que dura la descomposición de los residuos y rebaja los desechos finales que quedan en el proceso. Los ganaderos confiesan que la gestión de purines es hoy "un problema muy grande". David Fernández, al frente de una de las mayores explotaciones: Agroartime (Gozón), indica que en su caso genera 15 toneladas de estiércol seco al día. "Lo llevamos a las fincas de agricultores, pero eso a nosotros nos supone un coste y más ahora con los bajos precios de la leche", se queja. Fernández ve con buenos ojos la "energía del cuchu" siempre y cuando sea "rentable".

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