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Me quedo en el pueblo

Dos hermanos unidos por la madera

Raúl y Bernardino Barbón García, naturales de Villoria (Laviana), se dedican a realizar trabajos agroforestales de todo tipo

Raúl, a la izquierda, y Bernardino Barbón García, con su aserradero portátil detrás. A. Paredes

Raúl y Bernardino Barbón García son dos hermanos nacidos en Villoria (Laviana) que llevan toda su vida profesional como maderistas en la zona en la que viven. Siendo muy jóvenes se formaron en lo que hoy es su profesión "trabajando en una cooperativa forestal que había en Tolivia allá por 1997. En el año 2000 decidimos crear nuestra propia empresa, cuyo domicilio social está en Bezanes, en Caso", recuerda Bernardino, quien a renglón seguido añade: "En realidad estoy todo el día en Bezanes". Su hermano Raúl sigue viviendo en Villoria.

Ambos no quisieron nunca abandonar el medio rural ni el lugar en el que viven, y se iniciaron en esta andadura empresarial "porque en aquel momento vimos futuro en este sector, entonces la madera valía mucho y empezamos como quien dice a la aventura. No nos quedaba otra, no había dónde elegir", continúa narrando Bernardino mientras Raúl se afana en cortar unos troncos con su aserradero móvil. "Está muy bien. Nos desplazamos con él a donde se nos llama. En Asturias, si no somos los únicos que lo tienen, igual sí somos los segundos. No me atrevo a decir con rotundidad que somos los únicos que lo tienen aquí", matiza Bernardino.

Los trabajos agroforestales que realizan son de todo tipo. Con su empresa Barbonforestal, se desplazan donde se les llama y, además de esta actividad, también llevan a cabo desbroces y creación de pastizales, cierres de fincas, diferentes tipos de infraestructuras ganaderas, repoblaciones forestales, prevención de incendios, apertura y conservación de pistas, estructuras de madera e inclusive cortes en altura. Cuando más trabajo tienen es en verano y se desplazan a cualquier lugar.

En su tiempo libre cada cual tiene su hobby. Raúl es conocido en numerosos mercados a los que acude a mostrar su trabajo como artesano madreñero, una afición que heredó de su abuelo Moisés García Corral, un afamado maestro madreñero de Bezanes. "Me gusta mucho trabajar la madreña y enseñarle a la gente cómo se realiza. Yo las pongo ferradas e inclusive con tacos de madera, que también se hicieron. En cuanto a los clavos los hay magüetos y casinos", explica Raúl. Por lo que respecta a Bernardino, además de estar con su familia y hacer bici de montaña, todos los sábados acude a Oviedo con su perra "Lluna" pues forma parte de la unidad canina de rescate del Principado. Ninguno pensó en dejar el pueblo. "Siempre he vivido en el campo y no lo cambio. Esto es cien mil veces mejor que cualquier ciudad", dice Bernardino.

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