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LUCAS DOMÍNGUEZ | Director de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (Visavet) de la Universidad Complutense de Madrid, estuvo en Oviedo impartiendo una charla sobre tuberculosis bovina

"Asturias puede ser la primera región en erradicar la tuberculosis bovina"

"Un animal afectado tarda años en desarrollar la enfermedad y no sabemos por qué; la solución es sacrificar a todos los reaccionantes"

Lucas Domínguez, ayer en Oviedo. IRMA COLLÍN

Asturias aprueba y encima con buena nota en el examen de la tuberculosis bovina. Ese es el diagnóstico que hace Lucas Domínguez Rodríguez (1955, Cabezuela del Valle, Cáceres), director del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (Visavet) de la Universidad Complutense de Madrid y catedrático de Sanidad Animal en la Facultad de Veterinaria. Domínguez impartió ayer una charla en Oviedo, organizada por la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, sobre el "diagnóstico de la tuberculosis bovina y las campañas de saneamiento ganadero". En un momento en el que el rechazo a las inspecciones veterinarias crece en el campo asturiano, el asesor del Ministerio de Medio Ambiente y Sanidad del Gobierno de España insiste en que el control es básico para poder exportar carne a Europa. Domínguez participó en la creación de la Red Española de Laboratorios de Alerta Biológica (RE-LAB), que tiene a Visavet como uno de sus centros de referencia y que coordina el programa de investigación Vigilancia Sanitaria de la Comunidad de Madrid.

-¿Cómo se diagnostica la tuberculosis bovina?

-La tuberculosis es una enfermedad muy compleja. Se trata de bacterias con un crecimiento lento, que generan enfermedades crónicas y que se escapan de las defensas de los animales. Además, desde que la vaca se infecta, la enfermedad puede tardar en desarrollarse años. Para su diagnóstico hay varias técnicas, que están reguladas a nivel europeo. Esto quiere decir que no podemos hacer lo que queramos. Las pruebas más importantes son dos. La primera es la intrareacción, más conocida como tubercolina, que consiste en coger un extracto de la proteína de la bacteria y ver si reacciona con una proteína del animal. Pasadas 72 horas, si se produce una reacción inflamatoria hablamos de animales reaccionantes. Este sistema tiene una probabilidad de acierto del 97%, en cambio no es capaz de detectar todos los casos. De 100, sólo detecta 70. Ojo, no nos referimos a falsos positivos, sino a falsos negativos. Para corregirlo se aplica una segunda prueba que es el "gamma interferon" y que tiene como ventaja que es muy sensible: de 100, detecta 90 casos. ¿La desventaja? Da falsos positivos. De ahí que sólo se aplique en rebaños tuberculosos. Las dos anteriores pruebas se complementan con otras como el diagnóstico en el matadero o el diagnóstico microbiológico.

-Los ganaderos asturianos se oponen al saneamiento ganadero ¿Qué problema hay en el Principado?

-Asturias tiene una situación privilegiada, ya que la prevalencia de tuberculosis es muy baja. De hecho, Asturias podría ser la primera comunidad autónoma en erradicar la tuberculosis. El 97,7% de los rebaños están hoy en día libres de la enfermedad. Aun así, es un problema serio a quien le toca, ya que tiene una sobrecarga económica importante. En el último año, en vez de reducirse, se ha producido un ligero repunte, que a la Administración lógicamente le preocupa. Los ganaderos dicen que los resultados no se confirman y eso es mentira. Un animal afectado por tuberculosis tarda años en desarrollar la enfermedad, como ya comenté antes. Y no sabemos de qué depende. Así que la única forma de luchar contra ello es sacrificar a todos los animales reaccionantes, independientemente de que estén enfermos o no, para evitar que contagien a otros. El diagnóstico que se hace en el campo no necesita por tanto confirmación. Así lo marca la ley. Y la ley es estricta, deja poco margen de maniobra a las autoridades sanitarias.

-¿Cuánto ha descendido la tubercolisis bovina en España?

-Este programa se inició ya en los años 60, pero de forma sistemática, en los 80. Entonces, la enfermedad representaba entre un 12 y un 15% y conseguimos bajar hasta el 1% en el 2006. No obstante, a partir de aquí el proceso se ha estancado y estamos estudiando las causas. Las comunidades con pastos de extensivo son las que tienen más problemas. Asturias, sin embargo, va muy adelantada, al igual que Galicia.

-Y a nivel nacional, ¿se piensa en la erradicación de la enfermedad?

-No, al menos yo no lo veré. Hay comunidades como Andalucía, Castilla La Mancha o Madrid donde hay prevalencias ocho o diez veces superiores al asturiano. Así que es muy difícil que estas zonas se declaren libres de tuberculosis.

-Los campesinos no paran de quejarse de que por una vaca mala, les paralizan toda la explotación. ¿Cómo hacer que cambien de opinión?

-Es muy difícil convencerlos y yo entiendo que es estresante que dos veces al año un desconocido entre en sus explotaciones y examine su ganado. Pero gracias a la existencia de este programa, la Unión Europea permite que la carne española se exporte a todo el mundo, que llegue incluso a Polonia y Líbano. Y esto es muy importante, se puede comparar con el título que necesita un licenciado para poder corroborar en otro país que tiene una carrera y poder trabajar de ello. Así que lo peor que le puede pasar al ganadero es que le quiten el programa de erradicación de la tuberculosis. Y encima tenemos la ventaja de que nos lo están financiando. Es una garantía muy grande y la tenemos que cuidar.

-La campaña de saneamiento lleva este año un retraso de más de dos semanas por el despido de 18 veterinarios de Tragsa. ¿Es un problema?

-Yo en temas de personal no me meto, aunque compañeros de profesión se merecen toda mi simpatía. Que haya un retraso de dos semanas no es trascendente. Otras cosa es que el parón se extendiese más en el tiempo, entonces sí habría un peligro. La tuberculosis es una enfermedad crónica y cuanto más tardemos en actuar, más riesgos corremos de que las vacas afectadas contagien a otras.

-Centrándose no sólo en la vacas, ¿qué otras enfermedades animales les preocupan?

-Muchas y además tienen un interés comercial como la tuberculosis. Pero España tiene un nivel sanitario muy alto. Y eso nos permite producir y exportar mucho en comparación con nuestro tamaño. No cabe duda de que las enfermedades son una barrera para la exportación. Y tenemos la suerte de estar libres de las mayores, como es el caso de la peste porcina africana que ahora está dando problemas en muchos países.

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