El sector cárnico asturiano va de mal en peor. A la eterna crisis de precios se suma ahora otro problema: más de la mitad de las reses se sacrifican fuera de la región. Esta situación implica sobrecostes y pérdida del valor añadido de la carne, según alertan los sindicatos, quienes aseguran que la "fuga" de matanzas afecta al 90% de los animales. Como solución, los ganaderos piden crear una marca de calidad para el vacuno mayor. Con esta medida, en la que ya trabaja IGP Ternera Asturiana, se lograría abrir canales de distribución en el Principado. El gerente del matadero de Gijón y también presidente del Consejo Regulador, Sergio Blasco, asegura que la caída de sacrificios no se debe tanto al cierre del Matadero Central, sino a la falta de vías para exportar la producción final. "Si creamos un sello de calidad lograremos diferenciar nuestra carne de las demás y atraer compradores, como ya sucede con la ternera", opina Blasco.

Según datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), la región cerró 2015 con los niveles más bajos de sacrificio de los últimos quince años: se sacaron menos de 25.000 toneladas. El máximo se alcanzó en 2008, año en el que se superaron las 45.000 toneladas. Desde entonces, el descenso ha sido progresivo, lo que demuestra que la crisis en el sector transformador empezó antes del cese del Matadero Central, aunque se acentuó con él. Actualmente, en Asturias hay once macelos activos. Todos ellos están al 70 por ciento de su capacidad, ya que gran parte del ganado -vacuno mayor y porcino- se lleva a sacrificar a Galicia, Cantabria o Castilla y León. Esto es así porque este tipo de carne se exporta en su mayoría (hay muy poco consumo local) y los canales de distribución se encuentran fuera de Asturias.

Las consecuencias de esta situación son preocupantes, según denuncian los sindicatos agrarios. "Al tener que salir fuera, tenemos gastos de transporte y también de intermediarios, ya que un ganadero no puede salir por su cuenta fuera a sacrificar las vacas. Lo tiene que hacer a través de un mediador", asegura José Ramón García, secretario general de la Unión de Campesinos de Asturias (UCA). Aunque lo peor, según afirma la responsable de COAG Mercedes Cruzado, es la pérdida de valor añadido. "Todo se queda fuera: el dinero y el empleo", opina. La solución a esta nueva crisis pasaría por potenciar el consumo de vacuno mayor en la región, opina Geli González, de ASAJA. ¿Y cómo se conseguiría esto? La respuesta parece clara: diseñando una marca de calidad como se hizo con la ternera.

"Tenemos un producto muy bueno y lo estamos desaprovechando. Ahora mismo una vaca asturiana de los valles y una vaca de desvieje cuestan lo mismo cuando la primera tiene el triple de valor que la segunda. Los ganaderos lo saben, el problema es que no pueden incrementar su precio, porque el consumidor no ve la diferencia", reflexiona Sergio Blasco. De ahí que Ternera Asturiana esté trabajando en la puesta en marcha de un sello de calidad, que contribuya a incrementar el consumo de esta carne en Asturias y a potenciar los sacrificios en los mataderos locales. El Consejo Regulador sólo admite animales que hayan nacido, crecido y sacrificado dentro del Principado. "Antes, la mayoría de terneros se sacrificaban fuera, pero con la IGP conseguimos invertir la situación", indica. Sergio Blasco prevé que la marca para el ganado mayor se ponga a funcionar el año que viene. "En principio, sería bastante fácil ampliar el control a las 80.000 madres de terneros que tenemos ahora mismo", detalla.

Aparte de este paso, los ganaderos reclaman dar más. En este sentido, exigen la apertura del Matadero Central, "una instalación que nada tienen que envidiar a las de otros puntos de España", según destaca Geli González, de ASAJA. "Es una pena que no esté funcionando y que el dinero se esté yendo para otros puntos de España con lo mucho que hace falta aquí", sentencia. De ello también depende el futuro de un sector clave para Asturias.