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Me quedo en el pueblo | Villanueva

Una vida con arte en Cabranes

Valle Baranda Ferrero, la única española con un máster en Litografía en Estados Unidos, vive y trabaja en Santa Eulalia junto a su marido y sus dos hijas

Valle Baranda Ferrero, en un rincón de Santa Eulalia de Cabranes. Miki López

Valle Baranda Ferrero siempre tuvo un espíritu viajero, aunque desde 2007 optó por quedarse a vivir en Santa Eulalia de Cabranes, concretamente en Villanueva. Estudió graduado de Técnicas de Estampación en Oviedo, y cuando se encontraba en Guinea Ecuatorial colaborando con una ONG, ofertando clases de serigrafía, fue seleccionada por el Tamarind Institute, en Nuevo México (EE UU), entre ocho personas en todo el mundo, para realizar su prestigioso máster en Litografía. Concretamente de aquellos ocho, la única que se graduó fue ella. Actualmente es la única artista española que cuenta con este título. "Si no viviera en España podría estar dando clases en una Universidad, pero como mi título es de técnico superior el máster que hice en Estados Unidos no me lo convalidan aquí, como tampoco convalidan a mi marido la carrera de Bellas Artes", señala.

Tras quedar embarazada de su primera hija decidieron trasladarse a España y, después de vivir unos meses en Villaviciosa, se instalaron en Cabranes, donde también reside parte de su familia. Por su taller han pasado artistas de la talla de Hugo Fontela, Sanjurjo, María Álvarez o Elena Toraño. Junto a su marido, Carlos Pérez, abrió el espacio Alchemy Prints, donde continúan hoy ofertando cursos, clases personalizadas y el desarrollo de diferentes proyectos. "En 2007 vino bastante gente a los cursos, pero cuando empezó la crisis todo cambió, cada vez venían menos y tuvimos que empezar a pensar en otras posibilidades laborales para, sin dejar de vivir aquí, poder contar con otra fuente de ingresos", señala esta mujer, que recuerda que su taller forma parte, junto con el taller textil de sus padres y el de jabones artesanales de su cuñado, del pueblo de artesanos Paraje de Villanueva, donde se ofertan al viajero visitas guiadas a los diferentes talleres, participando, al mismo tiempo, de sus actividades, además de contar con apartamentos rurales.

Que el concejo de Cabranes se mueve en el campo de los emprendedores está claro. En su vivero de ofertas ofrecen de vez en cuando cursos para ellos, y es así como esta pareja, tras realizar uno de los cursos, ha decidido poner en marcha otro proyecto cuando menos novedoso y original en la zona.

"Mi marido lleva tiempo dando clases de inglés en una academia en Gijón. También está dando clases de español on-line a chinos con los que se entiende en inglés, y se le ocurrió que podríamos abrir, on-line, una academia de inglés. Pensamos que para los que viven en los pueblos, tanto si se trata de niños como de adultos, que quieren aprender un idioma siempre les será más cómodo desde casa, de modo virtual. Así es como hemos puesto en marcha Léxico Idiomas, donde ya tenemos algún que otro alumno", recuerda esta artista, que compagina su papel de madre con el de creadora e igualmente participa en exposiciones y cursos a los que es invitada, además de los cursos en su taller. "Yo misma elaboré la web y esperamos contar con más profesores nativos. Las aulas virtuales están montadas y las clases son por videoconferencia", recuerda.

Valle Baranda cree que para todo ello es importante contar con buenas comunicaciones vía internet, y en eso Cabranes fue un concejo pionero. "La gente alucina cuando llega a Santa Eulalia y ve la velocidad tan alta de conexión. En Villanueva, sin embargo, es menor".

Como ella, hay más jóvenes que eligieron este lugar para establecerse, no sólo para vivir, también para trabajar. "Me parece bien que venga gente, pero no toda se queda al final. Lo que está claro es que en muchos casos, tratándose de parejas, uno de los dos trabaja fuera porque hay que ingresar, cuando menos, un sueldo en casa. Desde cuando llegué hasta hoy se ve que hay nuevos residentes y además familias con niños, y eso es muy importante para un pueblo, al rejuvenecer su población. Cuando mi hija mayor, Salma, empezó a la escuela eran ocho niños, todos en el aula de Infantil y Primaria; hoy hay dos aulas, una de Infantil y otra de Primaria, y veintidós niños, en pocos años. Tener el colegio cerca y vivir en pueblo, en medio de la naturaleza, su tranquilidad, la libertad de residir en este lugar, son varias de las razones que hacen que sigamos aquí", matiza esta artista, a quien, sin embargo, no le gusta nada trabajar la huerta. "Tenemos una, pero es mi marido quien la trabaja", reseña.

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