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Me quedo en el pueblo Los Fornos (Grado)

Ganadero desde la cuna

José López Fernández asumió la explotación familiar de producción láctea, la vendió y compró nuevas reses para carne

José López Fernández con una de sus vacas, "La Garbosa", en su localidad natal de Los Fornos, en la parroquia de El Fresno, Grado. Ana Paz Paredes

José López Fernández cree que en muchas ocasiones es "más viable tener veinte vacas bien atendidas y con costes ajustados que sesenta mal atendidas y con costes altos. En mi caso, los forrajes los hago yo, comprarlos es caro, y también cebo mis terneros. En mi ganadería empieza y se cierra el círculo. Hay quien con grandes rebaños no puede terminar el ciclo por falta de espacio en la cuadra, de tiempo para atenderlos, y todo eso es dinero que va sumando", señala.

Nacido en Los Fornos, en la parroquia de El Fresno (Grado), asumió la dirección de la ganadería familiar cuando su madre se jubiló. Fue en 1999. "Entonces había en casa unas diez vacas de leche. Cuando me incorporé yo, las vendí y compré asturiana de los valles, ganado de carne. Actualmente, entre vacas y terneros tendré alrededor de unas treinta cabezas", añade.

Antes, y tras haber aprendido el oficio de carnicero en Grado, estuvo trabajando como tal en Avilés. Y es que José López, como muchos ganaderos, es un hombre a quien ya desde niño le gustó siempre la ganadería, y en cuanto se jubiló su madre volvió al pueblo para ocuparse de ella. "Esto tiene que ser vocacional porque si no, no aguantas. Ya sabemos todos a cómo está el precio de la carne, igual que hace veinte años; tenemos que andar siempre con las subvenciones. Yo a la Administración le pediría que los planes de mejora estén dotados de una cantidad de dinero acorde a las necesidades que tenemos, y no salgan sólo para la foto. El año pasado no hubo y cuando los sacan son muy restrictivos", afirma.

Para López, miembro de una asociación de ganaderos creada hace tiempo en el concejo, también es muy importante la formación y el reciclaje. Así, señala que "es necesaria una formación efectiva y continuada. No vale hacer un curso y ya está. Yo iría a algo más serio, a una especie de formación profesional, por explicarlo de alguna manera. Aunque no hay que cambiar grandes cosas, siempre hay algunas que se puedan mejorar", dice.

Para él, empezar hoy en el campo de cero como ganadero es una meta imposible. También destaca el daño que hacen en los pastos de la zona los jabalíes y los corzos: "Nos están destrozando los praos y las huertas". En cuanto a los incendios, señala que "no hacen más que criminalizar a los ganaderos. Es hora de premiar al que limpia el monte y no de castigarlo. Por supuesto que no soy partidario de quemar el monte, pero sí de quemas controladas y desbroces. El avance natural del matorral trae consigo la pérdida de pastizales y, con ello, falta de comida para los animales", explica.

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