La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Me quedo en el pueblo Oviñana

La belleza se sirve junto al mar

Sonia Riopedre abrió hace seis años su centro de peluquería y estética en una de las localidades más turísticas del concejo de Cudillero

Yolanda Dosantos, a la izquierda, y Sonia Riopedre Garrido, en el centro de peluquería y estética que la segunda regenta en Oviñana.

Sonia Riopedre Garrido siempre fue consecuente con sus deseos y su proyecto de vida. Ella, que se formó y trabajó en el campo de la peluquería y la estética en Avilés, también cuenta con el título de técnico especialista de Laboratorio, unos estudios que realizó al mismo tiempo que los que hoy la han convertido en una profesional del sector de la belleza. "Estuve trabajando en una academia cinco años, hasta que decidí abrir un negocio por mi cuenta", señala esta joven mujer.

Lo cierto es que a Sonia le tiraba mucho el pueblo, sobremanera el de sus padres, Prámaro, y desde cría le gustaba volver a esas tierras siempre que podía, incluyendo también Oviñana, donde se ha establecido y vive en la actualidad, un pueblo que siempre le gustó mucho.

"Con 26 años me fui a Soto de Luiña y abrí mi negocio, donde estuve nueve años. Allí conocí al que es hoy mi marido. Cuando dije en Avilés que me quería establecer en el pueblo y trabajar en él la gente se echaba las manos a la cabeza, me decían que tenía a mi clientela en Avilés y que iba a tener que empezar de cero otra vez y en un sitio tan pequeño. En fin, les demostré que se podía y salí adelante, y poco a poco me hice con buena clientela en Soto", señala sonriente.

Tras casarse, se trasladó con su marido a Oviñana, un lugar en el que siempre quiso establecerse, y abrió su centro de peluquería y estética Sonia Riopedre, un lugar amplio, con servicios estéticos de última generación además de peluquería. "No me puedo quejar: parte de la clientela que tenía en Soto viene aquí, además de gente de los alrededores, del pueblo y también en temporada turística algunos viajeros. Quise instalarme aquí porque en las ciudades hay mucha competencia y aquí no había nadie. En cuanto al balance de estos años, hay un poco de todo: bueno y malo. La crisis también me afectó como a todos y además estuve cinco meses de baja, pero al final salimos adelante. En ello estamos, luchando todos los días y ademas en Oviñana, que es un pueblo que me encanta y con unos vecinos estupendos", dice.

Yolanda Dosantos, que trabaja con ella, también vive hoy en Oviñana junto a sus dos hijos. Durante seis meses iba a Oviñana cada día desde Morcín, para trabajar junto a Sonia, quien en aquellas fechas pasaba por un mal momento tras sufrir un accidente doméstico.

"Al principio parecía una locura: todos los días este viaje de ida y vuelta de algo más de una hora en coche, pero me encontraba muy bien. Además, yo también regenté una peluquería varios años en Santa Eulalia", recuerda.

Desde entonces pasaron tres años y, hoy por hoy, es la mano derecha de su jefa y, como ella, también vive en Oviñana. Ella, al igual que Sonia, anima a los que estén pensando en ello a "vivir y trabajar en los pueblos. A mí al principio me daba un poco de miedo, pero ahora no lo cambio por nada", destaca.

Compartir el artículo

stats