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Potenciar el turismo activo, el reto de los empresarios para impulsar los pueblos

Los profesionales ven prioritario ofrecer nuevas experiencias y salir de la cuenca del Sella: "Estamos todavía muy verdes"

Potenciar el turismo activo, el reto de los empresarios para impulsar los pueblos EMILIO G. CEA

Asturias tiene lo más importante: el paisaje, pero el sector turístico sigue estando "verde" en su gestión. En ello coinciden los empresarios rurales, que opinan que hace falta profesionalizar la actividad para captar más turistas y reactivar las economías de los pueblos. Los once grupos de desarrollo rural del Principado recogen esta necesidad en sus estrategias y piden apostar más por el turismo activo. "Sólo está explotada la cuenca del Sella, el resto del territorio está prácticamente virgen", explica Ricardo Soto, portavoz de la Asociación de Turismo Activo y Albergues de Asturias, que señala que el negocio rural se puede "desarrollar muchísimo", aprovechando los recursos que da la naturaleza.

"Carecemos de una total profesionalidad; la mayoría de los casos se basan en tirar los precios para atraer clientes o alejar a la competencia", señala el empresario Luis Inguanzo, responsable del proyecto "El Romano", en Poo de Llanes. "Muchos piensan que con ofrecer una habitación y darle las llaves ya está hecho todo. Y no es así, hay que tratar al visitante con cariño, atenderlo en todo momento y ofrecer rutas a caballo o descensos en canoa", comenta Adriano Verdasco, presidente de la Federación de Turismo Rural de Asturias. Pero el futuro pasa también por abrirse a nuevas experiencias. "Tenemos los pueblos costeros prácticamente sin explotar. Y la montaña, salvo alguna ruta como la del Cares, lo mismo", lamenta Ricardo Soto.

En la búsqueda de nuevos productos está inmerso Luis Inguanzo, aunque el recorrido no está resultando fácil. "Nosotros estamos intentando emprender un proyecto vinculado a la sidra natural y aún no hemos encontrado la opción para formarnos como sidreros profesionales. También pienso que deberíamos aupar la figura del escanciador, como en otros puntos se hace con el cortador de jamón". Los empresarios de la zona rural demandan a la Administración la organización de cursos, ya que entienden que sin formación el sector turístico no puede subir de nivel en la región. Además, "las formas de promoción y comercialización del producto de hace diez años no tienen nada que ver con las de ahora, con lo cual se necesita una actualización permanente", explica Jesús Mier, responsable del hotel La Rectoral y presidente de la asociación Turismo Taramundi.

En este aspecto ahonda Ana Llano, presidenta de la asociación de turismo rural de Fuentes del Narcea: "La mayoría estamos en esto por afición y vamos aprendiendo sobre la marcha". Ella insiste en que la formación debería llegar a los pueblos: "No podemos dejar nuestros negocios para hacer un curso en Oviedo e insistimos mucho a la Sociedad pública de gestión y promoción turística y cultural del Principado que también se traigan talleres a la zona para poder sacarles partido".

En este sentido, Iván Solares, del colectivo que integra a los empresarios de la Comarca de la Sidra, asegura que en la comunidad hay un "atraso" considerable en cuanto a idiomas y nuevas tecnologías, pues se dan alojamientos que aún carecen de web y correo electrónico. "Queremos apostar por la internalización, pero no estamos preparados para recibir al turista de habla no hispana", lamenta Solares.

Soluciones conjuntas

No obstante, los empresarios creen que habría que sentarse "todos juntos" y buscar soluciones, como propone Adriano Verdasco. "Lo primero que hay que hacer es hacer una encuesta seria a los turistas para saber qué es lo que quieren, porque lo que importa aquí es su opinión. Muchas veces nos acomplejamos por el tiempo y hay muchos visitantes que llegan a Asturias buscando el orbayu", manifiesta. En esta línea se pronuncia el gerente del Grupo de Desarrollo Rural del Bajo Nalón, Juan Antonio Lázaro, quien dice que lo prioritario es "dimensionar y cuantificar la oferta turística que tenemos". Es decir, "no tenemos muy claro qué queremos vender" y lo achaca a que en el Principado "no hay una política global que nos indique si lo que queremos vender es suficiente o insuficiente". Lázaro lo resume con una frase: "¿Cómo vamos a saber a dónde vamos si no sabemos dónde estamos?".

Otra de las ideas más novedosas que proponen los grupos de desarrollo rural de la región para recuperar la vida en los pueblos es incentivar la rehabilitación y el mantenimiento del patrimonio. En ello juega un papel decisivo el sector turístico, ya que los expertos invitan a rehabilitar antes que a construir.

Los empresarios están de acuerdo con la medida. "Hay que aprovechar lo que tenemos y restaurar las casas abandonadas. ¿De qué nos sirve hacer un nuevo apartamento? Eso ya lo tiene el turista en Benidorm", resalta Adriano Verdasco, de la Federación de Turismo Rural del Principado. Este vecino de Somiedo opina que hay que dejarse de "chalecitos fosforitos" y empezar a valorar las construcciones tradicionales, que son las que aprecia el visitante.

Luis Inguanzo, de Llanes, recuerda que el turismo rural "nació como un complemento a las actividades tradicionales de nuestras comarcas".

Fuera del ámbito turístico, los grupos de desarrollo rural recogen en sus estrategias otras medidas de interés como reducir la carga burocrática, apostar por la diversificación en el campo, promover la constitución de cooperativas y mejorar las conexiones a internet. Esta es la hoja de ruta que se marca la zona rural asturiana para luchar contra el despoblamiento, al menos durante los próximos cuatro años.

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