Los empresarios de la zona rural aplauden una de las medidas estrella de las estrategias de desarrollo rural 2015-2020: subvencionar con 25.000 euros de los fondos europeos "Leader" a los jóvenes en paro que creen una empresa en un pueblo. El denominado "ticket de autónomo", reservado para proyectos no agrícolas y personas que lleven al menos tres meses desempleadas, intenta combatir dos de los problemas más graves que tiene el campo: la despoblación y el envejecimiento. Así que todo lo que vaya en esa dirección es bien recibido.
"Aquello que sirva para estimular a la gente joven y se quede en el medio rural es bienvenido", señala Jesús Mier, responsable del hotel La Rectoral y presidente de la asociación Turismo Taramundi. Lo mismo opina Ana Llano, responsable de la asociación de turismo rural de Fuentes del Narcea, que ve la medida como un "aliciente para atraer a gente nueva a la zona rural" y destaca que es una ayuda "importante para comenzar". Por su parte, el empresario Luis Inguanzo considera que la nueva subvención, que se ingresará en dos años, es necesaria porque "en la mayoría de los casos en inviable económicamente emprender un negocio legalmente". No obstante, Inguanzo hace algunas puntualizaciones: "No filtraría tanto y las propondría no sólo a los parados. Fundamentalmente las dirigiría a actividades que garanticen un desarrollo sostenible del lugar donde se encuentren y que diversifiquen la oferta ya existente".
El santirseño Ángel Prieto, técnico agrícola y forestal con una larga experiencia de trabajo ligada al desarrollo rural, va todavía más allá. Se muestra crítico con la nueva línea de subvenciones por el hecho de que excluyan los trabajos agrícolas: "No entiendo por qué no entra la agricultura en la línea de ayudas cuando hay un montón de actividades innovadoras ligadas al sector".
