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La ola de calor en Asturias echa a perder gran parte de la cosecha de arándanos

Las temperaturas extremas llegaron en el momento final del proceso de maduración "Es como si cociera la pulpa"; explican los productores

Enrique Granda muestra los daños en una plantación de arándanos en Sevares. CRISTINA CORTE

La ola de calor pasa factura a los arándanos. Los agricultores de la región denuncian que las elevadas temperaturas registradas desde el pasado lunes han echado a perder sus cosechas, especialmente las de la variedad "Aurora". Es el caso de Pablo Pérez, que desde finales de 2009 cosecha este fruto rojo en una finca de 1, 5 hectáreas en Corao. "Esto es un auténtico desastre, un caos. Estaba siendo una temporada con muy buena fruta y acabamos de perder como más de una tonelada del fruto porque se ha deshidratado cuando aún estaba verde", lamentó. Y es que los efectos de las elevadas temperaturas en el Principado se han dejado sentir especialmente en la comarca oriental, según explicó el técnico del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) Juan Carlos García Rubio, que estima que de las 150 hectáreas cultivadas con arándanos en la región, un 30% son "Aurora". "En el Occidente no hay tantos daños porque los cultivos se sitúan cerca de zona costera y no se superaron los 28 grados pero en el oriente las fincas alcanzaron temperaturas anormales por encima de los 37 grados y esa variedad es muy sensible a los golpes de calor", dijo. El técnico argumenta que el cambio de temperatura llegó "en el peor momento", justo cuando esta variedad alcanza un momento crítico al estar a punto de madurar, pues su recolección estaba prevista para primeros de agosto. "Las plantas han sido incapaces de compensar el agua que perdieron al transpirar por las hojas, se ha producido un desfase", contó. Para contrarrestar los efectos del calor, García propone dos medidas: regar más de lo normal cuando se prevea una ola de calor para evitar la deshidratación e instalar mallas de sombreo que permiten bajar la temperatura al menos 6 grados. Esta última medida está siendo estudiada por Enrique Granda, que cuenta con una explotación de 1,5 hectáreas en Sevares (Piloña). Granda, que pertenece a la directiva de la Asociación asturiana de productores de pequeños frutos cuenta con unas 800 plantas de la variedad "Aurora" y estima es una tonelada las pérdidas producidas por el golpe de calor. "Cultivo arándanos desde 2008 y nunca me había pasado algo así pero no quiero ser pesimista. Veremos si se puede poner alguna estructura para sombrear aunque no estamos en fase de inversión", comenta el joven, que durante la época de recogida del fruto -de junio a septiembre- da empleo a 12 personas y trabaja en un proyecto para hacer zumo de arándano. La mayor demanda de su producción se encuentra en Reino Unido. A Sandra García, que tiene una hectárea cultivada con el fruto rojo en Sotu Deu (Parres) también se le acaba de arruinar su primera cosecha, de la que el 80% era de la variedad "Aurora". "Es como si cociera la pulpa, queda blanda y ya no sirve para más. Tendremos que tirar como unos 400 kilos", estima esta miembro de la cooperativa comarcal "Picos de Europa". Lo mismo le pasó a Juan Santamaría, propietario de una finca en Ñeda (Cangas de Onís). "Los arándanos se quedaron como uvas pasas, se secaron por dentro. Son cosas que pasas cuando trabajas en el campo. Afortunadamente yo no tenía muchas de esa variedad, menos del 40%", cuenta el joven, que tras llamar al seguro está a expensas de la valoración de un perito. Por su parte, la cooperativa "Asturian Berries" quitó hierro al asunto. "Nuestros productores estaban alertados de la ola de calor y se anticiparon con dosis extra de riego y abono para pormenorizar daños", zanjaron.

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