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Y la ciudad imitó al campo

La Agenda Urbana de la UE diseñada hasta 2020 fomentará la integración del medio rural y las urbes y buscará mayor equilibrio entre ambos ámbitos

Y la ciudad imitó al campo

Acercar el campo a la ciudad y buscar equilibro e integración entre zonas rurales y urbanas son dos de los principales objetivos de la nueva Agenda Urbana de la Unión Europea. La iniciativa está impulsada por la comisaria de Desarrollo Regional, Corina Cretu, y respaldada por el Comité de las Regiones, del que forma parte Asturias, para potenciar el crecimiento sostenible y el desarrollo social y empresarial en las ciudades europeas.

El proyecto lleva años gestándose y por fin se materializó en el llamado Pacto de Amsterdam rubricado la pasada primavera en la ciudad holandesa, en la que se reunieron los responsables europeos de desarrollo urbano. De acuerdo con ese documento, los principales desafíos urbanos se abordarán a través de planes de acción trienales elaborados y aplicados en el marco de doce asociaciones temáticas.

La agenda urbana es crucial para las ciudades y tanto o más para el campo europeo, ya que supondrá desviar fondos regionales a las urbes, estrategia que, a priori, podría perjudicar a las ayudas agrarias. Por eso tanto las organizaciones agrarias representadas en el COPA-COGECA como el presidente del Comité de las Regiones, el finlandés Markku Markkula, instan a que estas nuevas políticas fomenten la conexión entre el medio rural y el urbano, a fin de llegar a un nuevo concepto de desarrollo integrado que extienda sus beneficios al campo.

El modelo es nuevo en Europa, pero no suena tan novedoso en Asturias, donde el experto en desarrollo rural Jaime Izquierdo defiende desde hace años la necesidad de establecer un nuevo "contrato" que ponga fin a lo que él considera "la irrespetuosa supremacía urbana sobre el campo".

Izquierdo, que expuso esta teoría en el libro "Asturias, región agropolitana", publicado en 2010, habla de la necesidad de fomentar la agricultura urbana, la integración ambiental y territorial de la agricultura intensiva e industrial y la rehabilitación funcional de los conocimientos agroecológicos para manejar los paisajes de los denominados "espacios naturales". Y es que de nada sirve dar la espalda a la realidad. El campo cada vez está más despoblado y las ciudades se consideran hoy en Europa el origen y la solución de los desafíos sociales, medioambientales y económicos.

Las zonas urbanas albergan a cerca de dos tercios de la población de la UE, además de representar aproximadamente el 80 por ciento del consumo de energía y de generar hasta el 85 por ciento del PIB europeo. Actúan como motores de la economía europea y como catalizadores de la creatividad y la innovación en la Unión. Sin embargo, son también lugares donde problemas como el desempleo, la segregación y la pobreza alcanzan sus niveles más acuciantes.

En consecuencia, las políticas urbanas poseen más importancia transfronteriza, motivo por el que el desarrollo urbano se encuentra en el centro de la política regional de la UE, según las explicaciones de la Comisión Europea.

En el actual periodo 2014-2020, la dimensión urbana se situará en el centro de la política de cohesión. Como mínimo, un 50 por ciento de los recursos del Feder se invertirá en zonas urbanas, cuantía que incluso podría aumentar según avance el periodo.

Cerca de 10.000 millones de euros del Feder se asignarán directamente a estrategias integradas de desarrollo urbano sostenible. Además, se capacitará a cerca de 750 ciudades para poner en práctica estas estrategias.

Las políticas de desarrollo rural que en Asturias se llevan a cabo a través de la Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader) y los grupos de acción repartidos por el territorio serán ahora el espejo en el que se miren las ciudades para poner en marcha estrategias en las que se entretejen diversas dimensiones urbana ambientales, económicas, sociales y culturales de la vida.

Cretu estima que las medidas relativas a la renovación urbana física deben combinarse con las que promueven la educación, el desarrollo económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente. También advierte sobre la importancia que tendrán las asociaciones entre los ciudadanos locales, la sociedad civil, la industria y los distintos niveles de gobierno, con gran protagonismo del ámbito municipal. La Agenda Urbana se enmarca en la estrategia de sociedad inteligente, sostenible e integradora prevista en la Estrategia Europa 2020.

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