Mar Muñoz se enamoró de Asturias con 5 años. De hecho, aunque vive a camino entre Madrid y la que señala como su tierra madre, se considera una asturiana de los pies a la cabeza. "Como dicen por ahí, los asturianos nacemos donde queremos. Yo soy una", afirma con una sonrisa. Su querencia por esta tierra ya viene de sus visitas en familia a su tía, casada en Asturias y residente en Lloréu, un pueblo de Mieres. "Siempre que cruzábamos el Negrón me sentía en casa, en mi tierra. En Lloréu pasábamos mi hermana y yo el verano; íbamos a la hierba con amigas de la misma edad pues mis tíos no eran ganaderos, jugábamos en el hórreo, yo hasta ensuciaba ropa para ir con mi tía y mi hermana a lavarla al lavadero. Todo son recuerdos intensos; el olor de la lluvia, la humedad, el sonido del río que pasaba al lado de mi habitación...".
A partir de los 25 años Mar Muñoz sintió la necesidad de regresar desde Madrid hasta Asturias, el lugar donde siempre había querido estar, y junto a su marido empezó a buscar ese lugar único, alejado de los lugares masificados turísticamente, y donde poder vivir a gusto con el paisaje y el paisanaje, dos características esenciales en su proyecto vital. "En el año 2000 visitamos en Caleao y volvimos en el año 2002 y estuvimos alojados en el pueblo mes y medio. Fue entonces cuando mi marido Miguel y yo decidimos comprar una casina aquí y tuvimos que esperar un año por su rehabilitación. Yo la decoré entera. Para nuestro hijo Mario éste es su pueblo", recuerda sentada a la entrada de su taller de cerámica, La Lluna, donde durante los meses de verano y en las ocasiones que regresa desde Madrid al pueblo, imparte clases como ceramista en el taller de su "guarida del alma", como llama a su casa. Para Mar es un placer recibir a los turistas y viajeros.
Cabe destacar una de sus últimas exposiciones, "Pel camín de Asturies", en la que reproduce en cerámica, de fotos previamente hechas por ella, la arquitectura rural asturiana. Desde 2003 ha venido realizando diversos trabajos para el Principado.
Amante tanto del paisaje como de la naturaleza humana, tiene un blog del mismo nombre que su exposición, "Pel camín de Asturies", en el que recoge numerosa información etnográfica tanto en imágenes como en textos y que nació de la pasión que siente por Asturias y por los rincones más desconocidos del Principado. "En el blog y en la página cuento con la valiosísima colaboración de Roque Rodríguez-Noriega Guillén, de quien he aprendido mucho de la zona oriental. Él, a su vez, cuenta con un impresionante archivo fotográfico de Piloña que sigue ampliando cada día". La fotografía y la poesía están presentes en "El diario de Lluna", también on-line, en el que Mar refleja todo lo que le transmite esta tierra que tanto quiere desde aquella primera vez que, viniendo de Madrid, cruzó el Negrón.
