La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Me quedo en el pueblo Oviñana (Cudillero)

Una emprendedora rural de premio

Inés López Busto regresó a su pueblo natal, Oviñana, donde vive y dirige su propia empresa de mariscos desde hace casi dos años

Inés López Busto, con navajas y almejas de las que distribuye. ANA PAZ PAREDES

Dice Inés López Busto, mientras esboza una tímida sonrisa, que no se es consciente de las vueltas que da la vida y dónde al final encuentras tu lugar. Esta joven de 29 años, que recibió este año el premio a la emprendedora rural del año concedido por el Ayuntamiento de Cudillero, es una trabajadora nata que al frente de su empresa Mariscos Inés se ha hecho merecedora de un reconocimiento que puede servir de acicate a mucha otra gente joven que esté pensando volver a vivir y trabajar en la zona rural.

Aunque nacida en Asturias, se trasladó apenas con 3 años junto a su familia a tierras gallegas por el destino laboral de su padre. "Mi padre trabajó muchos años en una cetárea. Estuve viviendo en San Ciprián (Lugo). Estudié una FP de Administración y Finanzas, pero no encontré trabajo de ello. Tenía añoranza de Oviñana, donde está la casa familiar, donde quedaron mis abuelos, y decidí volver ya para aquí a vivir y a ver si encontraba trabajo, si había más futuro que en Galicia. Antes de tener mi propia empresa estuve trabajando en locales de hostelería de Oviñana como camarera", recuerda esta joven que siente auténtica pasión por el lugar en el que vive.

Después de un tiempo y animada por sus padres, Manuel Ángel y Ana Mari, que tras jubilarse volvieron igualmente a vivir en Oviñana, y aún más por el primero, decidió poner en marcha una pequeña empresa de venta de mariscos para distribuirlos luego por el centro y el occidente de Asturias. "Fue idea de mi padre que pusiera en marcha esto; él es un experto en el tema y además de apoyarme me enseñó y me sigue enseñando cuanto necesito saber sobre este negocio. De hecho, en ocasiones, cuando puede, me acompaña también a las lonjas y cetáreas donde adquiero el marisco, tanto en Galicia como en Asturias", matiza.

"Empecé comprando algo de centollo y cuando vi que la cosa iba bien incrementé el producto. Ahora también vendo mejillones, almejas, navajas, andaricas y buey de mar", señala. Desde 2015, año en que comenzó a realizar sus repartos, los resultados fueron satisfactorios. "Estoy muy contenta con los resultados del primer año. A la gente le gusta mucho el marisco que traigo y poco a poco voy ampliando la clientela. No es para hacerse rico, pero yo desde luego no me puedo quejar", afirma mientras unos turistas andaluces se empeñan en querer comprarle parte de las navajas que lleva para repartir.

En cuanto al premio como emprendedora rural del año en Cudillero, dice que "anima muchísimo porque se reconoce el esfuerzo que hacemos los jóvenes por crear empresa en la zona rural. Entiendo que en los tiempos que corren haya gente que no se atreva a emprender, pero creo que si tienes un proyecto que puede salir adelante, con esfuerzo y con trabajo, hay que intentarlo".

Compartir el artículo

stats