La cultura popular, la música tradicional, el día a día de la vida en los pueblos, la artesanía y la creatividad son palabras que definen muy bien a Illán Escalada Martínez, un joven músico de 24 años que al cumplir los 18 decidió que su vida estaba en Villaverde, un pueblo precioso de Villaviciosa donde reside con su familia. "Viví entre Gijón y Villaverde. Todos los fines de semana me venía para el pueblo, donde definitivamente me quedé", afirma este joven asturiano, que siente auténtica pasión por lo que hace y por el lugar en el que habita. A los 13 años ya tocaba la gaita en la banda en la que continúa, Villaviciosa-El Gaitero. "Estudié Musicología y actualmente hago Historia en la UNED. El director de la banda, Martín Poladura, fue y es mi profesor de gaita. A mí desde guaje me inculcaron en casa el cariño por la cultura popular", recuerda con orgullo.
Hombre creativo y con inquietudes, también estuvo aprendiendo, junto al artesano Carlos Moreno, a hacer gaitas, panderos y panderetas. "Esto fue con 21 años. Aún no he fabricado mi primera gaita porque la verdad es que es muy difícil hacer un buen instrumento, son muy delicadas, pero sigo en ello y sé que lo conseguiré. Eso sí, lo que sí hago ya desde hace un año, como artesano, y vendo, son panderos y panderetas. Comencé a curtir pieles para las gaitas y con las que sobraban empecé con los panderos y panderetas. La verdad es que estoy muy contento y me va bien con la venta, no me puedo quejar. Yo hago un curtido tradicional que casi no queda nadie que lo haga. Todos mis trabajos van con mi sello", añade.
Además de artesano y gaitero de la banda de gaitas maliayesa, Illán Escalada forma parte, junto con otros cinco músicos, del grupo "Alienda", que con apenas tres años de existencia no recibe más que buenas críticas y con el que está pisando fuerte en el mundo de la música folk asturiana. "En su momento sacamos una maquetina y en breve sacaremos nuestro primer disco. La verdad es que haber ganado el año pasado el premio "AMAS" a la mejor canción folk del año supuso para nosotros un empujonín importante", destaca.
En cuanto a su vida en Villaverde, no se puede sentir más a gusto. "Para mí salir de casa y pisar prau no hay dinero que lo pague. Yo aposté por lo que siempre me gustó, la música, y por quedarme en el pueblo. Sé que no todo el mundo puede hacer lo que quiere, pero si no lo intenta... Si no vuelven, no hay futuro para los pueblo. En muchos casos implica trabajar muy duro, pero si eso es lo que has querido siempre, aunque te cueste trabajo, también vas a ser mucho más feliz". Enamorado de Asturias y de la gente que la habita, Illán Escalada disfruta caleyando su tierra, conociendo pueblos y escuchando a los mayores. "Me gusta escuchar a los vieyos, ellos tienen mucho que contar y nosotros mucho que aprender y que compartir con los demás para que no se olvide".
