Señor director general de Pesca en Asturias, soy consciente de lo ocupado que está pensando y dedicando su tiempo a lo que realmente le importa al ciudadano. Con seguridad, hábilmente, está asesorado por los mejores oceanógrafos, biólogos marinos, organizaciones ecológicas y otras del mundo de la conservación del medio marino, en unión de los profesionales de vigilancia pesquera de Asturias.

Era hora ya de que un profesional de la política como usted acabase con estas prácticas depredadoras de los "kayaks arrastreros", que ponen en peligro las especies tan mimadas, protegidas y conservadas por su famosa Dirección. Estamos hartos de ver a esos furtivos musculosos de gimnasio, dopados y madrugadores que con sus malas artes llenan el Cantábrico de miles de anzuelos, miños (redes) y nasas, y a los que en ocasiones se les ve pelando la roca de percebe y el fondo de centollo y pulpo, eludiendo la acción de las embarcaciones de vigilancia costera a golpe de bíceps remero forjado con los mejores anabolizantes.

Por fin alguien da un puñetazo encima de la mesa y se preocupa de que los furtivos de los "kayaks arrastreros" sean sancionados con dureza y contundencia. Le animamos para que sin dilación se les intervengan esas demoniacas naves que manchan nuestra cuidada costa tirando todo por la borda y al grito pirata de: "El mar lo traga todo".

Estamos al tanto de cómo en tierra presumen de sus capturas, hábilmente escondidas en las bodegas y sentinas de los mentados artefactos, que ponen en riesgo la navegación costera. De todos es conocido su fama de corsarios ante capturas que no dan la talla y su grito de guerra: "To pa dentro que lo que yo no pesque lo pesca el otro". Estamos seguros de que ahora sí, por fin, les retirarán las licencias.

Nos encontramos superados por la cantidad de ocasiones en las que estos navegantes piratas tienen la oportunidad, a lo largo del año, de salir al mar; no digamos nada de las importantes capturas que se sustraen a los controles del Principado al no rularse. ¡Inaceptable!

Creo firmemente que con semejante decisión, avalada por los mejores profesionales, la laminaria volverá a crecer como helechos y eucaliptos en el monte.

Con usted nos sentimos más seguros los deportivos y, por ende, los profesionales. Los que bien formados, respetamos las especies, las tallas, el peso, no manchamos las rocas, no atacamos percebes, no cogemos pulpo, centollo u oricio y, sobre todo, no vendemos las capturas. Aquéllos que tras una jornada deportiva retornamos con nuestra bolsa de basura y pagamos nuestras licencias seguros y entendemos y amamos el mar como un patrimonio en el que todos caben.

Los mismos que respetamos y somos respetados por los profesionales que no dejan sus miños y palangres a pie de playa durante los fines de semana, aquéllos que cuidan la roca en la campaña del percebe, respetan las tallas, cupos y los plazos de las especies y, sobre todo, a los que ponen los medios para no contaminar y dan trabajo?

Sólo me queda alabar su profundidad y profesionalidad, sintiéndome plenamente satisfecho de no hallarme ante otro palmero, pues con la que está cayendo, por fin, alguien se atreve a decir la verdad al sufrido administrado sobre el peligro que supone el "kayak arrastrero". Con estas medidas, no tenga dudas de que garantiza el futuro de la pesca para las generaciones venideras.