Florentino Pereira Suárez cree que, teniendo buenas comunicaciones y un buen acceso a internet y las redes sociales, una empresa puede crecer y expandirse internacionalmente desde el medio rural. Desde 1997 vive en Villaviciosa, en Llavares, donde ha formado su familia. Es topógrafo y como tal trabajó varios años en obras por media España. "Me incorporé al equipo de Ferrovial-Agromán trabajando en saneamientos y depuradoras durante unos cuantos años", recuerda este hombre que, al tiempo, es un experto jinete, gran amante del mundo del caballo, miembro del equipo español de raid en 2013 y con una larga experiencia en entrenamiento de caballos de resistencia. De hecho, en 2015 gestionó los planes de entrenamiento de los caballos del Element Resort, el mayor complejo ecuestre del mundo, localizado en Eslovaquia.
"Hubo un momento en que tuve que decidir si debía marcha fuera para seguir trabajando en lo mío o quedarme aquí, y elegí lo segundo. Aquí estaban mi mujer, mi hijo, mi hogar. En mi tiempo libre y muchos fines de semana ya había empezado a diseñar mis primeras botas para caballos, pues yo soy partidario de que vayan descalzos. Soy jinete de carreras de resistencia y veía patologías que generaban las herraduras. Me empecé a informar y a formar sobre este tema y estudié de todo: diseño industrial, software para el diseño en 3D, uso de impresoras 3D para el prototipo, gestión del proceso industrial y hasta inglés. Inclusive también aprendí el oficio de la ferrería", recuerda mientras muestra las botas diseñadas por él y que, bajo el nombre de Evo Horse, y tras tramitar la patente internacional correspondiente de la bota, se convirtieron en una realidad en 2016 junto a sus otros dos socios: el alemán Werner Jung Berd, encargado del marketing de la empresa, y Albert Villasevil Florensa, veterinario especializado en podología equina y acupuntor.
"Estuve un año sin correr y probaba mis primeros diseños con los potros y caballos que criaba aquí, en Llavares. Para lograr este diseño hubo muchos meses de pruebas y fallos, de empezar de nuevo muchas veces, hasta llegar a conseguir la primera bota inteligente del mercado, pues lo que hace es promover la funcionalidad del mecanismo del pie", matiza y añade: "Hace tres semanas pusimos a la venta la primera remesa y está prácticamente todo vendido. Unas 2.500 unidades salieron para Inglaterra, Bélgica, Holanda y Alemania, además de un pequeño pedido para Cataluña. Estas botas, de las que hay ocho tallas diferentes y se está trabajando en otras dos más, ya tienen pedidos en Estados Unidos y también en Australia".
Vivir en Llavares jamás le ha supuesto un problema para poner en marcha Evo Horse. "Yo cojo una media de 40 vuelos anuales. Diseño una pieza aquí y en diez minutos la cuelgo en internet y llega al mundo entero. Teniendo buenas comunicaciones, en todos los sentidos, puedes emprender en el medio rural. Ahora bien, hay que preocuparse de estar un poco a la última, no dejar de informarte y prepararte porque la competencia es grande, no se puede bajar la guardia. Nada se logra sin esfuerzo, pero tampoco lo tiene fácil el que se va a una ciudad, lo que pasa que yo aposté por hacerlo donde quería vivir, y es aquí".
