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Vocal de la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico

Lobos prejuzgados en Asturias

La importancia de los grandes carnívoros en el equilibrio de los ecosistemas

Lobos prejuzgados en Asturias

Nuestro sistema constitucional reconoce una autonomía cierta a los jueces y magistrados, como no podía ser de otra manera, pero preserva la libertad de expresión.

ASCEL (Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico) presentó un recurso contencioso administrativo contra la decisión anual de matar lobos en Asturias (la resolución de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias, de fecha 21 de diciembre de 2015, por la que se aprueba el Programa Anual de Actuaciones de Control del Lobo en el Principado de Asturias para el año 2015-2016). Una sentencia del TSJA, teniendo como ponente a Luis Querol Carceller, acaba de concluir el proceso.

Aún cuando cada vez se restringe más la posibilidad de cuestionar, en ámbito judicial, las decisiones de las administraciones y de los gobiernos, esa sentencia es recurrible. No es nuestra intención, pero sí explicar el motivo fundamental de no acudir a instancia superior.

No vamos a entrar en el debate sobre los razonamientos jurídicos, ni tan siquiera sobre el fallo de la sentencia en sí. Lo que nos preocupa, y no queremos dejar de manifestar, es la posición previa del juez -y de la sala-, que esteriliza la vía cursada.

Antes de la sentencia se produjo un auto, resolviendo una petición de suspensión cautelar. En el auto (julio de 2016) se manifestó lo siguiente:

"Puestas en relación las anteriores situaciones, está fuera de toda duda que la proliferación de depredadores resulta perjudicial tanto para el interés general de conservación del medio ambiente, como del de terceros titulares del ganado que resultan perjudicados por los daños causados por los lobos, y de otra, al tratarse de un plan de vigencia anual, su rectificación en los años sucesivos puede moderar las consecuencias que pudieran producirse de la ejecución del acto que se impugna".

Mientras que en la sentencia (junio de 2017) se puede leer:

"Sobre esta cuestión se tiene que decir que con la resolución que se impugna lo que se pretende es dar cumplimiento al referido Decreto, conjugando el mantenimiento de la población de lobos, con los daños y perjuicios que causa, atendiendo a la evolución de unos y otros en los años anteriores, con la finalidad de evitar la conflictividad social que pudiera producirse en el campo por parte de los ganaderos, sin que en ningún caso se pretenda la extinción del mismo y más, como se trata, de un plan anual a revisar o mantener en ejercicios posteriores".

La manifestación rotunda de que "está fuera de toda duda" que "la proliferación de depredadores resulta perjudicial (?) para el interés general de conservación del medio ambiente" es la cuestión capital.

Semejante afirmación, plenamente errónea, ajena al debate jurídico en curso en el contencioso, y totalmente injustificada e injustificable, no solo no recoge posición alguna de las partes en conflicto, sino que prejuzga cualquier decisión al respecto.

Los grandes carnívoros, y muy en particular el lobo, (1) juegan de hecho un papel esencial en el equilibrio de los ecosistemas y (2) no "proliferan", sino que son por naturaleza escasos. Es así en todo el planeta, y eso incluye a Asturias, limitados por la disponibilidad de presas y por factores intrínsecos de la propia especie. ..

Quizá un letrado no tiene porqué conocer estos principios básicos de ecología y biología de la conservación, pero los infundios populares tampoco deberían servir para argumentar sus decisiones judiciales.

No procede el manejo del concepto de proliferación en este caso, ya que proliferar es reproducirse abundantemente, cosa que los grandes carnívoros simplemente no hacen.

Por otro lado, nunca fue la finalidad del Programa (al menos en lo escrito) el evitar la conflictividad social. En ese caso, no habríamos recurrido a instancia judicial ninguna.

El caso es que esta posición condena al lobo, no sabemos si por ser objeto de cuentos infantiles populares o por alborotos recientes, sin juicio alguno.

Para atajar la conflictividad social es necesario tratar de evitar los daños al ganado, y está demostrado que la mejor vía para lograrlo es la correcta protección del mismo. Matar lobos no sólo no resuelve el problema, sino que puede acrecentarlo y varias publicaciones científicas así lo constatan, en varios lugares del planeta y sí, también en Asturias.

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