Los agricultores no disimulan su ira contra las organizaciones que acusan al sector de estar detrás de los incendios forestales que se declaran cada año en España y en particular del que se desató el pasado sábado en las inmediaciones del Parque Nacional de Doñana.

Lo ocurrido en Huelva es lo habitual. Los agricultores y ganaderos sufren graves acusaciones, cuando en la mayoría de los casos, son quienes salen más perjudicados por el fuego y sus consecuencias.

Desde UCA-UPA niegan las denuncias de forma rotunda. "El declive de la agricultura extensiva agrava, a nuestro juicio, el problema del fuego en el monte. Lo que hace unos años era alimento para nuestro ganado hoy es combustible para las llamas", asegura el secretario general de UCA, José Ramón García Alba. "La propiedad del monte, en general, es de la Administración, ya sea local o autonómica, y por tanto suya es la responsabilidad. Dar voces y culparse unos a otros es lo más inútil y estúpido del mundo", insisten desde COAG. "Estos incendios sólo pueden ser causa de un terrorista medioambiental, con algún problema o trastorno", concluye García Alba.

Las políticas de la PAC también tienen responsabilidad, al catalogar en España terrenos de monte como "no pastables", cuando realmente sí lo son desde hace siglos, con la presencia de cabras, ovejas, vacas y cerdos.