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Me quedo en el pueblo | Rozadas

Cuatro emprendedores en Grado

Vanessa Rodríguez, Ángel Álvarez, Pablo Sánchez y Juan Paradela son los elaboradores de la primera cerveza artesanal ecológica en Asturias

Cuatro emprendedores en Grado

Si algo tienen en común Vanessa Rodríguez, Pablo Sánchez, Juan Paradela y Ángel Álvarez, además de su actual trabajo como elaboradores de la primera cerveza artesanal asturiana ecológica, es su amor por la naturaleza, por la montaña y por la vida en el pueblo. Vanessa y Pablo llegaron desde Salamanca para disfrutar de la montaña y la escalada, de las que son grandes aficionados. Poco tardaron en quedarse a vivir y junto a otro salmantino que llegó después, Juan Paradela, se dedicaron un tiempo a la agricultura ecológica. Conocieron hace tiempo a Ángel Álvarez en un local hostelero de Oviedo donde éste trabajaba. "Yo estuve trabajando un tiempo en Alemania en una fábrica de cerveza ", recuerda éste, que junto a su mujer y su hijo viven en Rozadas, en Grado, mientras que Vanessa y Pablo residen en un caserío en la parroquia de El Fresno y Juan vive en Sandiche (Candamo).

La adaptación al medio, la creatividad y la pasión por un proyecto en común en el medio rural son sin duda las bases del éxito de estos cuatro jóvenes, que, curiosamente, estudiaron diferentes carreras. Así, Pablo Sánchez es licenciado en Geografía, Ángel Álvarez es biólogo, Juan Paradela es historiador y Vanessa cursó los estudios de Audiovisual y Espectáculos e Imagen y Realización. El inicio de lo que hoy es su empresa surgió en una reunión común de los cuatro, "donde Ángel fue el ideólogo. Había estado un tiempo trabajando en Alemania elaborando cerveza y nos propuso la idea de hacerla nosotros en ecológico. Total que en febrero de 2016 cogimos el local en este vivero de empresas de La Cardosa, hicimos las obras pertinentes y finalmente, tras superar todo el papeleo necesario, comenzamos a producir y la sacamos al mercado en abril de este año", recuerda Vanessa.

Ambos se muestran agradecidos al Ayuntamiento de Grado, que "nos lo puso fácil en cuanto a lo del papeleo, en otros lugares se hace eterno y es más caro, y nos encontramos muy bien en este vivero. Si los ayuntamientos hicieran más instalaciones de este tipo en la zona rural y dieran facilidades, seguro que iba a trabajar más gente con sus propios proyectos", añadió Ángel.

Así nació su cerveza, Asgaya, hecha con métodos tradicionales y con el cien por cien de productos naturales y ecológicos. "Al mes hacemos unos 2.500 litros en sus tres variedades", recuerdan. También ellos son quienes la distribuyen y la reparten.

Ambos están contentos con el éxito que están logrando y se muestran optimistas respecto al futuro. "En los mercados sale muy bien y también nos la demandan las tiendas de productos ecológicos", recuerdan.

Eso sí, tanto Vanessa como Ángel recomiendan asesorarse sobre cualquier proyecto empresarial antes de ponerlo en marcha. Ellos contaron con Ramona Cueto, para quien no tienen más que buenas palabras. Ángel, por su parte, destaca que resulta difícil alquilar una casa en un pueblo, no ya comprarla. "Muchas casas se caen de viejas porque nadie las compra. Si las alquilasen cuando están habitables, habría más gente viviendo en los pueblos y sería bueno para todos", añade.

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