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Me quedo en el pueblo | Gamonéu de Cangas

Cuarta generación de queseros

Sergio Suero pertenece a una familia - de ganaderos y pastores que elaboraban gamonéu del puerto en la majada de Ceñal

Sergio Suero Crespo con algunas de las ovejas de su quesería en Gamonéu de Cangas. ANA PAZ PAREDES

Sergio Suero Crespo es ganadero y artesano quesero ya de cuna. Si bien es cierto que en la adolescencia quería ser veterinario, a renglón seguido deja claro que lo que le gusta es lo que hace desde siempre, la elaboración de queso gamonéu, además del cuidado de su ganadería. "Mis bisabuelos, mis abuelos y mis padres ya hacían gamonéu, yo soy la cuarta generación. Esta profesión es dura, muy monótona. Hay que nacer en este ambiente para que te guste", matiza este hombre, que tiene las ideas muy claras de lo que es vivir en el campo.

Hasta hace quince años su familia siempre elaboraba el queso en el puerto, pero el ataque de los lobos al ganado hizo que optase por establecerse en el valle, donde se hace el queso todo el año. "Lo de los lobos no es una novedad. Mis abuelos y mis padres ya me contaban, por ejemplo, que los lobos comieron una xatina recién nacida y luego entraron en el recinto de las corderas y mataron catorce de recría. No es cosa de ahora, como creen algunos. Ahora están con eso de las batidas controladas, pero no creo que den gran resultado", señala Sergio, que, en sociedad con su madre, María del Mar Crespo, y su tío Víctor Suero Alonso, está al frente de la quesería de gamonéu Vega Ceñal, un queso por el que ya han recibido varios premios. Junto a él también trabaja su novia, Laura Zapico. "Lo hacemos con las tres leches, oveja, cabra y vaca. Tenemos unas 80 ovejas, unas 90 cabras y 14 vacas entre grandes y pequeñas. En el valle se hace un gamonéu tan bueno como el que se pueda hacer en el puerto. Nosotros tenemos piezas que van de los dos a los cuatro y siete kilos. Se elaboran en la quesería y se pasan al secadero dieciséis días. Luego se pasan a otro secadero, pero sin humo, y finalmente se llevan a la cueva, donde están como mínimo un mes. Luego los traemos a otra cámara aquí, que hace de cueva hasta que finalice su maduración", explica. Él es partidario del control de la elaboración de gamonéu DOP en Cangas de Onís y Onís. "Era una medida necesaria. En el último control se han llegado a contar once personas elaborando gamonéu fuera de la denominación".

Este joven es partidario de que la gente emprenda en el medio rural, pero sabiendo dónde se mete. "Claro que animo a emprender en el campo, pero yo creo que para ser ganadero hay que mamarlo desde pequeñín para saber lo que es. Pienso que ser ganadero es algo vocacional", afirma.

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