Como todos los sistemas y tecnologías que ayudan en la conducción, el navegador es un apoyo muy útil para los desplazamientos y viajes a zonas poco conocidas. Eso no debe significar una dejación de funciones por parte del conductor, el auténtico responsable de que el vehículo llegue a su destino con sus ocupantes sanos y salvos.

Existen diversas razones por las que no hay que fiarse ciegamente de un navegador GPS. Entre otras cabe citar: que el propio navegador delega la responsabilidad en el conductor, las instrucciones de los navegadores pueden no ser comprensibles, la cartografía del navegador puede no estar actualizada, el destino puede haberse insertado mal y la carretera puede tener condiciones especiales o variaciones temporales.