Oviedo, J. GÓMEZ

El Mazda 787-B fue un auténtico prototipo de competición, dotado de un motor rotativo Wankel de cuatro rotores con potencia de 700 CV a 9.000 r.p.m. Triunfó en Le Mans en el año 1991 pilotado por Herbert, Gachot y Weidler. La FIA cambió las reglas para que los motores fueran atmosféricos de 3.500 c.c., a semejanza de los F1, y por este motivo el concepto del motor rotativo no evolucionó. El coche descansa en el Museo que Mazda tiene en Hiroshima.

El modelo a escala es una obra maestra; nos tenía muy bien acostumbrados esta marca italiana, de nuevo no deja de sorprendernos con un detalle digno de un modelo estático; a lo que hay hemos de añadir unas prestaciones en pista sobresalientes, similares a sus hermanos que compiten en el Campeonato europeo de GºC. La mecánica del modelo es conocida por su chasis EVO, capaz de albergar motores en posición lineal, transversal o en diagonal.

El motor es un Mabuchi caja corta de suficientes prestaciones, pero fácilmente sustituible por otros de la propia marca u otras, si se quieren prestaciones superiores. La carrocería roza la perfección, medidas, tonalidad, tampografía, además de una cantidad de piezas diminutas que hacen de este modelo la obra cumbre de la marca Slot.it, que dirige Maurizio Ferrari.