Langreo, P. CASTAÑO

Los ganaderos del pueblo langreano de Pajomal temen más al perro que al lobo. Los ataques protagonizados presuntamente por un grupo de canes asilvestrados han producido la muerte de un total de 14 ovejas y los vecinos afectados temen nuevos ataques si no se adoptan medidas.

El último ataque se produjo en la noche de ayer. Al parecer los perros accedieron a una finca vallada de Pajomal y mataron a cinco ovejas e hirieron a otras dos. Cuando el propietario llegó al cercado para atender a sus doce ovejas se encontró con una verdadera carnicería. Cinco ovejas estaban muertas. A una de ellas incluso le habían arrancado la cabeza y otra que estaba preñada yacía con el vientre abierto. Además, otras dos estaban heridas por mordeduras en extremidades y a una de ellas le habían arrancado una oreja.

«Han sido tres perros, un pastor alemán y otros dos más pequeños que andan merodeando por el pueblo y que ya han causado daños en otras fincas», señaló José Morales, propietario de las reses. «La finca está bien cerrada, pero lograron saltar la valla», añadió el ganadero, que denunció ayer a la Policía los daños.

«Es muy doloroso ver cómo te matan a las ovejas y no poder hacer nada. Además, pierdes las reses y también dinero, porque he tenido que llamar a Cogersa para retirar los cuerpos de los animales muertos y llamar al veterinario para curar a las ovejas heridas y eso tiene un coste», se lamentó José Morales.

Los antecedentes

El propietario de las reses atacadas señaló que el hecho no es aislado y que durante los últimos meses se han producido varios ataques, presuntamente protagonizados por perros asilvestrados, en el entorno del pueblo de Pajomal, situado a poco más de tres kilómetros del casco urbano de La Felguera. «Hace quince días mataron a otras dos ovejas aquí en Pajomal y anteriormente a otras siete en otra finca situada cerca del pueblo», afirmó José Morales, que reclama «alguna medida para evitar los ataques de esos perros que al parecer no tienen dueño o nadie se hace cargo de ellos».

Los presuntos ataques de los perros asilvestrados se producen en una zona donde precisamente está ubicada la perrera municipal de Langreo, un equipamiento que aloja prácticamente a todos los canes que se recogen en la comarca de Nalón, ya que no hay en todo el Valle una infraestructura similar. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Langreo aprobó la pasada semana la renovación del convenio para la gestión de la perrera.